En medio de la profundización de la crisis, el colectivo llamó a los ciudadanos a estar listos para acudir a la calle y enfrentar con los medios disponibles los intentos de marginarlos y robarles sus derechos.
Consideraron que sus pensiones no constituyen un honor o un favor de nadie, “es el resultado de la suma de las deducciones acumuladas al retiro con las prestaciones durante el largo servicio”. El jueves pasado, los militares jubilados denunciaron a la clase corrupta nacional en una manifestación frente a la sede del Banco Central, en reclamo de derechos económicos y de salud mínimos para aquellos que dedicaron sus vidas por el bien del país y el pueblo.
Según reportes locales, lo notable de la protesta resultó la gran multitud y los eslóganes unificados ante la devaluación de la moneda nacional, la disminución del poder adquisitivo y los altos precios de los artículos de primera necesidad.
Los manifestantes exigieron recuperar los fondos públicos y privados saqueados, y establecer un programa de reanimación nacional basado en la restauración del Estado de bienestar social y justicia; además de preservar la defensa de la patria, sus fronteras y riquezas.
En este contexto, el titular interino de Asuntos Sociales, Héctor Hajjar, indicó que la mayoría de los trabajadores estatales viven en condiciones de pobreza extrema y multidimensional, pues el salario de los militares, jubilados y empleados no vale nada independientemente de sus diversos contratos.
A la espera de la convocatoria de la duodécima sesión del Parlamento, Líbano enfrenta el sexto mes de vacío de poder, sin presidente de la República desde el fin del mandato de Michel Aoun, el 31 de octubre y bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales.
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