Correa critica el énfasis que sectores de la izquierda dan a los llamados temas identitarios y morales por considerar que generan divisiones y desvían el foco de lo fundamental.
«Resulta un error poner eso como central en nuestra agenda. Sí, son problemas, tienen que ser tratados con mucho respeto. Pero ni siquiera hemos resuelto los problemas del siglo XVIII, las grandes contradicciones, la pobreza generalizada, la desigualdad, la explotación», señala.
El también reputado economista, quien estuvo la pasada semana en Brasil y tuvo encuentros con movimientos sociales, insiste en que, si genera «consenso en la izquierda, la pobreza, la desigualdad y dejamos de tratar».
Creo, incluso, que es una estrategia del norte, de la derecha, colocar estas cuestiones para distraernos de lo esencial: «estamos en el continente más desigual del planeta», recalca.
Al referirse a la situación de su nación y a la persecución judicial que sufre, el exmandatario apunta que su situación personal no es lo más transcendental.
«Lo importante es rescatar al país de la tragedia que ocurrió. Lo destruyeron todo. Teníamos las mejores carreteras de América Latina, hoy no se puede transitar», refiere.
Denuncia que dejó a Ecuador «como el segundo más seguro de América Latina, 5,6 asesinatos por 100 mil habitantes. En 2020, eran 24, nos convertimos en uno de los países más violentos de la región… Los corruptos siempre fueron ellos. Jamás encontraron un centavo desviado, somos personas con las manos limpias», remarca.
Sobre la nueva ola de gobiernos de izquierda en América Latina, Correa destaca que después de la primera, en la que él fue uno de los protagonistas, hubo «una fuerte reacción conservadora a partir de 2014, que, por medios democráticos o no, llevó a la derecha al poder».
La segunda ola, que está en curso, es mucho más extensa, pero menos profunda. «Es una onda mucho más heterogénea… Ahora veo mucha más fragilidad en los gobiernos de izquierda. Eran gobiernos con mucho apoyo popular y mayoría en el Congreso, ahora menos, teniendo que hacer coaliciones. Y la oposición también tiene más experiencia».
Acerca del panorama brasileño, considera que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva «siempre hizo un gobierno de coalición. Sin embargo, también se enfrenta a oponentes con más experiencia y dispuestos a todo, como han demostrado. Es difícil gobernar en esas condiciones o al menos hacer las cosas que desearía hacer».
Lula es uno de los estadistas más brillantes de la historia de América Latina. Pero obviamente tiene un camino muy tortuoso, alerta.
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