Esta segunda etapa finalizará 36 horas antes de las votaciones fijadas para el 25 de junio, y es la oportunidad para mostrar los rostros de quienes aspiran a ocupar la Presidencia y Vicepresidencia del país, además de los candidatos a diputados al Congreso (160), al Parlamento Centroamericano (20) y a las 340 corporaciones municipales.
Mítines masivos, regalos, rifas, carteles y planes de gobierno —o más bien promesas— matizaron las primeras actividades de las agrupaciones, en particular de los binomios presidenciales, en total 23, dos de ellos en coalición.
Analistas consultados por Orbe estiman que esta será una campaña breve, de tres meses. Por otro lado, el elector tendrá ante sí muchas opciones en la papeleta y el voto nuevamente se dividirá como en 2019, al punto de que es casi segura una segunda vuelta en agosto.
La lista actual la componen más rostros conocidos que nuevos, y destaca la ausencia entre las propuestas más radicales de la fórmula presidencial del Movimiento para la Liberación de los Pueblos, aún inmerso en una lucha legal por lograr su inscripción tras el rechazo del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Según argumentan, a su aspirante a vicepresidente, Jordán Rodas, le aparecen supuestos “cargos jurídicos y denuncias”; sin embargo, el TSE otorgó sin dudar el visto bueno a Zury Ríos, una de las candidaturas más impugnadas por tratarse de la hija del exdictador Efraín Ríos Montt y tener prohibición constitucional.
En su tercer intento por ser presidenta,Ríos adelantó el mismo día 27 su plan de gobierno conjunto de Valor y Unionista, denominado 4×40 con el eje del sistema de seguridad en el centro.
También por tercera vez, Sandra Torres dio a conocer las líneas de la futura Guatemala conducida por la Unidad de la Esperanza en un mitin masivo en el mercado capitalino La Terminal.
Igual oportunidad aprovechó Edmon Mulet, por el partido Cabal, quien propuso una consulta popular para reducir el Congreso y su presupuesto, cerrar el Parlamento Centroamericano e implementar la elección de diputados por listas abiertas, entre otros, nada nuevo en el horizonte.
Por su parte, las dos únicas organizaciones de izquierda en la contienda, Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca-Maíz y Winaq, plantearon la necesidad de restructurar el Estado, una moratoria de la actividad minera y un Gobierno con contenido social, del pueblo y para el pueblo, lo que más temen las élites dominantes.
(Tomado de Orbe)