Explicó que fue una operación muy favorable para el pueblo de México, para la administración pública porque con ello garantizamos que no aumente el precio de la luz durante el tiempo que vamos a estar y también hacia adelante, subrayó.
De esta manera, dijo, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se convierte en empresa mayoritaria, que ya no lo era, por eso hablo de renacionalización, aunque le moleste a los adversarios, expresó.
Decíamos que solo el 39 por ciento de la generación eléctrica la tenía el Estado. Hasta Ernesto Zedillo (1994-2000) la CFE controlaba el 100 por ciento de la producción, pero con Vicente Fox (2000-2006) empezó la privatización y concesiones a las empresas extranjeras.
El objetivo, afirmó, era cerrar plantas de la CFE e impedirles operaran a toda su capacidad, como las hidroeléctricas subutilizadas, para que no afectaran a las empresas privadas y favorecer a las extranjeras vinculadas con los políticos corruptos del país apoyados por los intelectuales orgánicos de México.
López Obrador añadió que «si no hubiese llegado a la presidencia hubieran acabado con la CFE en este sexenio. Así estaba la situación del petróleo, al igual que acabaron con la petroquímica, porque el objetivo era arrasar con todo lo público como los ferrocarriles, lo bancos, las minas, Pemex y la CFE».
Solo que sonó la alarma y llegó el freno a la privatización, y para entonces teníamos solo el 39 por ciento de la producción eléctrica, repitió, y si no la hubiésemos defendido y reactivado las plantas, a estas alturas estaríamos en un 20 por ciento cuando más,
Ahora con esta compra de las 13 plantas de Iberdrola subimos al 55 más lo que estamos haciendo que lleva tiempo con las nuevas plantas de ciclo combinado y la modernización de las hidroeléctricas calculamos que llegaremos a un 60 por ciento, sin contar las plantas fotovoltaicas que también van a contribuir a aumentar más la presencia de la CFE
Dijo que sus adversarios están molestos porque es una política contraria a lo que ellos han impulsado siempre, porque todos ellos son defensores y partidarios de las empresas privadas nacionales y extranjeras, todos son salinistas porque fue el expresidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) quien abrió las puertas a los extranjeros y con él surgieron los Loret de Mola y los Krauze, acólitos del empresario Claudio X González, asesor de Salinas.
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