El director de Vigilancia de la Salud de la citada cartera, Rodrigo Marín, precisó que los grupos etarios más afectados son los que tienen entre 20 y 24 años, de 30 a 34 y de 35 a 39.
Resaltó que desde el primer caso identificado el Ministerio de Salud en conjunto con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS, encargada de la salud pública en Costa Rica) ejecutan una serie de medidas preventivas y de control para evitar que la enfermedad se propague y para proteger la salud de la población.
Entre las acciones, Marín mencionó el rastreo exhaustivo de todas las personas que han estado en contacto con los casos confirmados, para identificar posibles nuevos contagios y brindarles atención médica oportuna.
También, prosiguió, la entrega de tratamiento profiláctico en diferentes localidades a pacientes positivos por la enfermedad convivientes, para evitar se propague y se convierta en una epidemia, y el seguimiento de control de gotas gruesas para determinar la eficacia de la medicación y detectar posibles recaídas. Además, han impartido capacitaciones a la población para que aprendan a reconocer los síntomas de la malaria y acudan rápidamente a un centro de salud de la CCSS en caso de presentar alguno de ellos, indicó el director de Vigilancia de la Salud.
Marín pidió vehementemente a la población limonense y quienes visitaron esa provincia en Semana Santa para que procuren atención médica en caso de presentar fiebre intermitente, escalofríos, dolor abdominal, fatiga, diarrea, náuseas y vómito, dolor de cabeza, respiración rápida, frecuencia cardíaca acelerada, tos y dolor muscular.
Asimismo, solicitó facilitar el ingreso de los funcionarios debidamente identificados del Ministerio de Salud y la CCSS, quienes realizan labores de barrido de visita casa por casa para detectar personas con síntomas, tomar muestras de pruebas rápidas, suministrar medicamentos de manera profiláctica, entregar toldos y fumigar en el sector del Caribe.
La malaria o paludismo es causado por un parásito del género Plasmodium y transmitido a las personas principalmente por la picadura de un mosquito hembra del género Anopheles.
Esta enfermedad se ha presentado en Costa Rica con características de endemia desde el siglo XVIII, restableciéndose la transmisión en amplias regiones de la Vertiente Caribe y dispersándose a otras áreas del país.
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