De acuerdo con un comunicado entregado a la prensa por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones solo en los primeros tres meses del año cruzaron la selva de Darién, en la frontera con Colombia, más de 100 mil personas, seis veces más que en igual lapso de 2022.
Según ese documento, si el año pasado se consideró como cifra máxima el tránsito por la peligrosa jungla de casi 250 mil caminantes, el primer trimestre de 2023 apunta a un aumento en medio de una de las crisis de movimientos mixtos más desafiantes de la última década.
La mayoría de los viajeros ilegales que atravesaron este año el Tapón del Darién son de Venezuela, Haití y Ecuador, indicó el Servicio Nacional de Migración.
Esta semana, autoridades de Panamá, Colombia y Estados Unidos suscribieron un plan para 60 días que responda al problema de la migración, desmantele los grupos de traficantes de personas y genere empleos en las comunidades fronterizas, así como encuentre vías alternativas que frenen esos flujos.
Incluso el secretario de Seguridad de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, anunció la instalación de controles en áreas remotas con el propósito de detectar la injerencia de redes criminales que operan en las rutas de los migrantes.
Datos del Ministerio de Seguridad del istmo revelan que en 12 operaciones realizadas durante el 2022 y 2023 detuvieron a más de 175 panameños y colombianos, vinculados a delitos de robo, hurto y tráfico ilícito en perjuicio de migrantes irregulares.
En estas operaciones lograron decomisar 18 armas de fuego, 108 municiones, 27 embarcaciones y 10 vehículos.
La estrategia de los tres países también propone la búsqueda de alianzas internacionales para la atención de los migrantes.
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