Francesco Vincenzi, presidente de la Asociación Nacional de Consorcios para la Protección de las Aguas de Riego (ANBI) señaló, en declaraciones divulgadas en el sitio digital de la publicación especializada Rinnovabili, que “semana tras semana, la situación del agua en el norte de Italia empeora”
“Si el año pasado la sequía le costó al sistema del país 13 mil millones de euros, 2023 promete ser peor a la espera del inicio operativo de los planes y medidas esenciales para aumentar la resiliencia a la crisis climática”, afirmó Vincenzi.
De hecho, ya en estos momentos el río Po, uno de los más importantes del país, presenta en la norteña zona de Pontelagoscuro, hacia su desembocadura, un caudal de solo 338 metros cúbicos por segundo (m3/s), un 25,0 por ciento menos que el mínimo histórico del mes de abril, precisó.
En su informe de seguimiento periódico, la ANBI indicó que «la entrada salina ya está condicionando otra temporada agrícola en el delta de Polesine, cuyos brazos están llenos de agua de mar, contaminando las aguas subterráneas y el suelo”.
En la meridional región de Lombardía las reservas de agua marcan solo un 58,4 por ciento de su media histórica y son 12,55 puntos porcentuales más bajas que en 2022.
Durante el invierno, el déficit de nieve de nieve en esa zona fue sensible, con un 68,8 por ciento del promedio y un porcentaje inferior en 20,0 al acumulado del año pasado, con 10,0 puntos porcentuales menos que el mínimo histórico, precisa el análisis.
Ettore Prandini, presidente de la Confederación Nacional de Agricultores Directos (Coldiretti), apuntó el martes último que “con el cambio climático se redujeron las precipitaciones nacionales en un tercio”, mientras se pierde el 89,0 por ciento de las aguas que aportan las cada vez más escasas lluvias.
Esta situación “pone en riesgo la supervivencia de los territorios, la producción de alimentos y la competitividad de todo el sector alimentario”, afirmó el líder agrícola, quien valoró positivamente nuevas disposiciones del denominado Decreto Sequía aprobado el 6 de abril último por el Consejo de ministros de Italia.
Entre otras disposiciones, esa legislación incluye el establecimiento de un régimen simplificado de procedimientos para el diseño y construcción de infraestructuras hidráulicas.
Establece además el aumento de los volúmenes útiles de los embalses, así como la reutilización de aguas residuales depuradas para riego y la creación de facilidades para la construcción de plantas desalinizadoras.
ro/ort