El video de una simpatizante de Zury Ríos, pistola en mano, y que incluso llegó a disparar al suelo, levanta este lunes todo tipo de cuestionamientos sobre ambas agrupaciones y sus presidenciables, sobre todo porque ocurrió a solo cuatro días de que firmaran un Acuerdo de No Agresión promovido por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
¿Quién empezó el altercado?, no es realmente lo más importante de este primer episodio grabado en redes sociales con el añadido de palabras soeces, sino la escalada de violencia en un futuro, cuando la campaña electoral se caliente aún más ante la proximidad del 25 de junio, cuando los guatemaltecos acudirán a las urnas.
Por los acontecimientos, la aspirante a Presidenta de la UNE, Sandra Torres, denunció ante el Ministerio Público el ataque armado del pasado sábado, después de una acalorada discusión en varias partes, tipo novela, entre seguidores de ese partido y una mujer identificada como Susan Ponce, integrante de Valor.
Por su parte, Ríos -hija del exdictador Efraín Ríos Montt-, salió de inmediato en un video en sus redes sociales para supuestamente calmar los ánimos con su decisión de identificar a esa persona, separarla de sus colaboradores y «aplicarle todo el peso de la ley, apegado a su código de ética».
Sin embargo, no desaprovechó la oportunidad para cuestionar las aptitudes de la exprimera dama como futura Presidenta, un enfrentamiento que no terminó a punta de pistola, pero igual clasifica como una agresión verbal fuerte.
Entretanto, el TSE hizo un llamado a la tolerancia y condenó los hechos para no tirar por la borda el reciente Acuerdo Nacional en función de «una campaña ética, pacífica y con valores democráticos”, algo que al parecer costará más que palabras.
En contraposición con los grandes actos y prebendas que cada fin de semana programan Valor y la UNE, llamó también la atención en redes sociales la forma en que el candidato a diputado por el Movimiento Político Winaq, Víctor Robledo, asume la campaña de su partido con el propósito de «despertar conciencias para el resultado del voto».
Encima de un Transmetro (el transporte más popular entre los guatemaltecos), Robledo explica casi en solitario a las personas que no viene a regalar huacales, ni láminas de techo.
El joven solo viene «a pedir que despertemos, este país no puede continuar así, si no lo hacemos por nosotros, hagámoslo por nuestros hijos», afirma a viva voz.
«No puede ser que nuestros niños no tengan jabón para lavarse las manos en las escuelas públicas, no puede ser que lleguen a la escuela no por estudiar, sino por un miserable vaso de atol y una galleta», cuestiona a los transeúntes.
«Dejo muy claro que no les estoy pidiendo que voten por nosotros, solo les estoy pidiendo hermanas y hermanos que reaccionemos, que despertemos, mi partido y mi campaña no está desperdiciando recursos porque no los tenemos para empezar pegando vallas y tapizando postes y calles», afirma el economista de profesión de la Universidad de San Carlos.
La gente nos pregunta a nosotros, ah, son un partido político, qué nos van a regalar, y yo les aclaro, yo no regalo ni gorritas ni playeritas ni bolsas con comida. Para mí es una falta de respeto que un político crea que por un huacal el pueblo tenga que darle su voto, explica a los pasajeros.
«Hoy estoy tratando de decirle a nuestro pueblo, a nuestros hermanos, que cambiemos este país, y solo lo vamos a hacer si reaccionamos, dejemos de votar por los mismos de siempre», es su convocatoria y la de Winaq, por el momento una de las pocas agrupaciones que se asume como de izquierda de cara a las urnas.
mem/mmc