Según expertos, el retorno a la actividad está fuera de los medios de comunicación con las reuniones de varios jefes de bloques parlamentarios y en coordinación con el patriarca maronita Mar Beshara Boutros Al-Rahi.
A más de cinco meses de vacío de poder, los principales partidos cristianos desde la Corriente Patriótica Libre hasta la ultraderecha de las Fuerzas Libanesas obstaculizan la elección del jefe del Movimiento Marada, Suleiman Franjieh.
Los principales representantes chiitas Hizbulah y Amal, junto a una gran proporción de diputados sunitas e independientes, a excepción de su bloque, respaldan la candidatura de Franjieh; mientras, la Corriente, las Fuerzas, el Partido Progresista, el Kataeb y otros, apoyan la nominación de Michel Moawad.
En este contexto, Francia, como tradicional influyente, defiende la iniciativa de poner fin a la vacante en la primera presidencia en interés de designar a Franjieh, a cambio de nombrar al exembajador en Naciones Unidas, Nawaf Salam, para formar el futuro gobierno, reflejó el medio Aawsat.
Por otro lado, Arabia Saudita declaró su veto contra Nawaf Salam, describiéndolo como un «hombre estadounidense» y regresó al panorama político al exprimer ministro Tammam Salam (2014-2016).
De acuerdo con el sitio Addiyar, la visita de Franjieh a París hace unas dos semanas fue precedida por una larga reunión con el secretario general de Hizbulah, Hassan Nasrallah.
A propósito, el líder de la Resistencia libanesa insistió en que la puerta para una solución a la vacancia presidencial existe lejos de la imposición de condiciones internacionales.
Luego del fracaso de 11 convocatorias en el Parlamento, la dirigencia de Hizbulah subrayó la necesidad de apostar por el entendimiento y avanzar juntos para salvar al país del peor colapso económico en su historia moderna.
El pasado 19 de enero, la sesión de votación en la unicameral legislatura repitió el mismo guion de las anteriores y ningún candidato de la comunidad cristiana maronita recibió el respaldo de la mayoría de 128 diputados, para prolongar la vacancia presidencial.
Bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales y en medio de la agudización de las condiciones de vida, Líbano intenta designar al jefe de Estado número 14 después de la independencia, tras la conclusión del mandato de Michel Aoun el 31 de octubre último.
lam/yma