El despeje ocurrió en la propia Torre Ejecutiva, sede del Ejecutivo, donde el presidente Luis Lacalle Pou acordó modificaciones presentadas por los colorados.
Antes el panorama parecía expedito para que una comisión especial de la Cámara de Diputados aprobara el proyecto, pero los de CA trancaron el juego con reclamos de última hora.
El entuerto llegó hasta el jefe de Estado, quien aceptó demandas de los cabildantes de rebajar los años de trabajo para el retiro y objeciones sobre el rol de las empresas que manejan los fondos jubilatorios.
Los colorados acusaron entonces a CA de «incumplir la palabra» y decidieron postergar la votación y presentar sus propias contrapropuestas.
Lacalle y los colorados convinieron que aquellos que hayan realizado aportes durante 38 años o más se podrán retirar con 63 años de edad, los que lo hayan hecho por 35 años o más se podrán jubilar con 64 y el resto precisará un mínimo de 30 años de labor y 65 de edad.
También decidieron que quienes nacieron en 1973 podrán jubilarse con 61 años, los del 74 con 62 años y así sucesivamente hasta llegar a los 65 para quienes nacieron en 1977.
El paquete completo tiene un costo de 100 millones de dólares que podrían ser más pues quedan ajustes por definir, aunque cumple con la pretensión del gobierno de hacer sostenible el régimen de jubilación.
Otra propuesta de los colorados, que se discutirá hoy, consiste en la rebaja del 20 por ciento del Impuesto a la Asistencia de la Seguridad Social.
La idea, presentada por el diputado Gustavo Zubía, es que sea de 10 por ciento en 2024 e igual cifra en 2025.
Tales modificaciones parecieran mejor para los contribuyentes que el proyecto original, pero no contempla las objeciones del opositor Frente Amplio y de la central sindical PIT-CNT.
A grandes rasgos objetan que el plan de gobierno carga la mano en los trabajadores, quienes trabajarían más años por menos retribución.
No obstante, el gobierno tiene los votos para aprobar la reforma jubilatoria.
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