A la ceremonia de liberación de reclusos, el cuarto episodio este tipo en lo que va de año, asistió a la cárcel capitalina de Bilibid el ministro de Justicia filipino, Jesus Crispin Remulla, quien firmó la liberación de los presos, cuyas penas se redujeron o conmutaron.
Según datos del Ministerio de Justicia, el año pasado, más de cuatro mil reclusos fueron liberados para reducir las cifras, que sitúa a Filipinas como segundo país del mundo con mayor superpoblación carcelaria, con alrededor de 215 mil presos.
Durante el mandato presidencial de Rodrigo Duterte, el sistema penitenciario sufrió un nuevo aumento de reclusos por la sangrienta Guerra contra las Drogas.
Esta campaña abanderada por el exjefe del Estado se cobró la vida de unas 30 mil personas, según la oenegé Peace for Asia, y provocó que la Corte Penal Internacional le investigara por posibles crímenes de lesa humanidad.
Desde la llegada al poder el pasado junio del actual presidente, Ferdinand Marcos Jr., el Ejecutivo busca mitigar la superpoblación de reclusos con reducciones de penas y amnistías a presos con delitos menores.
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