Primero está la Patria, después el movimiento y por último los hombres, aseveró el mandatario en un mensaje publicado en la red social Twitter, en el que anunció que el 10 de diciembre, cuando se cumplen cuatro décadas de democracia ininterrumpida, entregará la banda presidencial a quien sea respaldado por el voto popular.
Necesitamos generar un nuevo ciclo virtuoso en el que otros se empoderen para volver a conquistar los corazones de quienes siguen mirándonos como la fuerza que garantiza que no volverá la derecha a traernos su pesadilla y oscuridad. Me involucraré directamente para que esto sea posible, aseguró el jefe de Estado.
Además, expresó su confianza en que el peronismo (seguidores del exmandatario Juan Domingo Perón) tiene la capacidad, la militancia y los cuadros para lograr la victoria.
El anuncio de Fernández se produce en un contexto complejo, marcado por una elevada inflación y los intentos de grupos opositores de provocar una corrida cambiaria, denunciada por el FdT y organizaciones como la Central de Trabajadores (CTA).
Desde su llegada al Gobierno, esa alianza debió enfrentar situaciones como la pandemia de Covid-19, los efectos de la guerra en Ucrania, los discursos de odio, la violencia de grupos extremistas, un intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández y la persecución judicial contra ella.
Además, tuvo que recomponer un país endeudado con el Fondo Monetario Internacional por decisión del exmandatario Mauricio Macri (2015-2019), recuperar ministerios eliminados por él y retomar la construcción de obras públicas que se encontraban abandonadas.
También emprendió el camino de reincorporar a Argentina a foros internacionales y mecanismos de integración como la Unión de Naciones Sudamericanas, del que fue apartada por Macri.
Según el analista Luis Bruschtein, la decisión del Presidente, tomada “en medio de una fuerte embestida contra el peso argentino, en una situación muy vulnerable del Gobierno, y después de enviar todo tipo de señales a los mercados, aparece más como forzada por una fuerte presión desestabilizadora que como consecuencia del proceso interno del FdT”.
De acuerdo con el subdirector del diario Página 12, el Frente necesita ahora definir una propuesta atractiva que recupere a los electores perdidos en las legislativas de 2021, la mayoría de los cuales no pasaron a Juntos por el Cambio, sino que se abstuvieron.
En este contexto preocupa también el posible ascenso de agrupaciones extremistas como La Libertad Avanza, de Javier Milei, capaz de negar los crímenes perpetrados durante la última dictadura cívico-militar en este país (1976-1983).
La víspera, el secretario general de la CTA y diputado del FdT, Hugo Yasky, acusó a la oposición de intentar llevar a cabo un golpe de mercado, generar una hecatombe económica y una megadevaluación del peso argentino, a partir del aumento considerable del valor del dólar en el mercado informal.
De acuerdo con la televisión local, la cotización del conocido como dólar blue llegó esta jornada a 437 pesos para la compra y 442 para la venta como parte de un ascenso continúo registrado en los últimos días, lo cual incide sobre los precios de los productos y afecta a los asalariados. Yasky aseguró que detrás de ese fenómeno está la presión de la oposición y los poderes concentrados.
Hay grupos muy poderosos que quieren mover la mesa para ver si se cae todo y se produce una profunda crisis social. Ese es el escenario que necesitan para justificar las barbaridades de Milei, Patricia Bullrich y Macri (Juntos por el Cambio). Discuten cómo desarmar a nuestro pueblo, aseveró.
Durante las últimas semanas, esos y otros dirigentes contrarios al FdT expusieron sus planes para esta nación y plantearon medidas enfocadas en los ajustes, devaluaciones, la eliminación de los programas sociales y subsidios, el cierre de pequeñas y medianas empresas y hasta la dolarización de la economía.
Cualquiera de esos personajes representa un escenario negro para trabajadores y desocupados, profesionales y comerciantes. Cada vez que los líderes opositores son interpelados sobre cómo afrontarían el descontento popular que provocarían, la respuesta es la represión, alertó Bruschtein.
Además, advirtió que buscan la salida anticipada del Gobierno con una consecuente crisis política.
Corresponde al peronismo, unirse en el esfuerzo de llegar al fin del período y, al mismo tiempo, hacerlo en una posición competitiva, afirmó.
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