El exministro Abu Suleiman es un experto en asuntos financieros, monetarios y bancarios con un papel de abogado feroz en la defensa de las instituciones prestamistas libanesas contra los depositantes en el extranjero.
De acuerdo con el diario Al Akhbar, el político negó comentar su candidatura a pesar de las reuniones con varias fuerzas locales, entre ellas el presidente del Parlamento, Nabih Berri, y el primer ministro interino, Najib Mikati.
Al mismo tiempo, Abu Suleiman, sostuvo comunicación con funcionarios de Hizbulah, miembros influyentes de la Asociación de Bancos y figuras de las Fuerzas del Cambio, además de conversaciones con el equipo de trabajo del líder del Movimiento Marada, Suleiman Franjieh, la opción más sólida a la presidencia de la República, enfatizó la publicación.
El rotativo indicó que la subsecretaria estadounidense de Estado para Asuntos del Medio Oriente, Barbara Leaf, fue la primera en sugerirlo durante su reciente visita a Líbano y pidió a la embajadora de Washington aquí, Dorothy Shea, iniciar los contactos.
Junto a Abu Suleiman también fueron mencionados para ocupar el puesto de gobernador los nombres del banquero Samir Assaf y el Director del Departamento de Asuntos de Oriente Medio y Norte de África del Fondo Monetario Internacional, Jihad Azour, precisó Al Akhbar.
A sus 72 años, Riad Salameh constituye uno de los gobernadores de bancos centrales más antiguos del mundo, al ocupar el puesto desde 1993 y fue el artífice de las políticas financieras en la fase de recuperación económica posterior a la guerra civil (1975-1990).
Sin embargo, con el inicio del colapso económico y las manifestaciones populares en octubre de 2019, analistas y observadores acusaron a los líderes y funcionarios políticos, incluido Salameh, de transferir enormes sumas de dinero de sus cuentas en el extranjero.
A pesar de las críticas a su desempeño y las sospechas de malversación, lavado de dinero y enriquecimiento ilegal, Salameh conserva el cargo, bajo la protección de las principales clases políticas del país, según expertos locales.
En medio del agravamiento de las condiciones de vida, Líbano enfrenta las dificultades de una crisis política, ejemplificada por el fracaso del Parlamento en 11 sesiones desde septiembre de 2022 para elegir al nuevo presidente de la República, tras la conclusión del mandato de Michel Aoun el 31 de octubre último.
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