La medida prevé el incremento de la presencia de efectivos de Carabineros en esas zonas y un trabajo coordinado con la Policía de Investigaciones y el Ministerio Público para una persecución penal efectiva y la fiscalización de infracciones.
El plan tiene entre sus propósitos prevenir la ocurrencia de crímenes, esclarecer homicidios y de esta manera evitar la impunidad, decomisar armas y capturar a personas con órdenes de detención vigentes.
Al mismo tiempo, busca recuperar los barrios a través de fondos de la subsecretaría del delito y la de desarrollo regional.
Calles Sin Violencia se extenderá a 46 comunas de todo el país que representan un tercio de la población total y concentran el 50 por ciento de los delitos violentos.
Este proyecto forma parte de la Política Nacional contra el Crimen Organizado para desarticular estas bandas, con la disminución de su poder de fuego y económico.
Todos los sondeos de opinión realizados aquí señalan a la inseguridad como la principal preocupación de la ciudadanía, por encima de los problemas económicos y de salud.
El 85 por ciento de los chilenos considera que la delincuencia aumentó en el último año y 91 de cada 100 cree que es más violenta, según una reciente encuesta de la firma Plaza Pública Cadem.
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