Son varios los momentos programados para conmemorar el 58 aniversario de aquella epopeya, que culminará esta jornada con una misa en la Catedral Primada de América, explicó en entrevista a Prensa Latina el profesor Luis de León, presidente de la cátedra extracurricular José Martí, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
En los últimos días, los estudiantes de la UASD protagonizaron varias marchas por lugares vinculados al levantamiento popular del 24 de abril de 1965, desde el Altar de La Patria hasta el sitio donde el coronel Francisco Caamaño dirigió su gobierno en armas, en la calle Conde.
Además, precisó De León, la conmemoración incluyó conferencias sobre la historia de esta pequeña nación del Caribe, que dio ejemplo de dignidad cuando en una desigual batalla, que dejó como saldo más de tres mil dominicanos muertos, enfrentó a los 42 mil marines enviados por Washington para aplastar la insurrección.
En opinión del profesor, fundador del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), luego de casi seis décadas de aquellos sucesos que demostraron las ansias democráticas de los dominicanos por el regreso al país del presidente Bosch, el estudiantado retoma los valores éticos, morales e ideológicos del político y literato, derrocado por un golpe de Estado organizado por la Casa Blanca en 1963, con el apoyo de sectores reaccionarios internos.
En su homenaje, el PLD, afirmó, fundó la organización llamada “fuerza bochista” en 1999, en la que se estudia y valora la vida de una de las figuras más importantes de la constitucionalidad dominicana, quien estuvo casi 24 años en el exilio luchando contra la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo, ajusticiado el 30 de mayo de 1961.
Bosh regresó del exilio el 20 de octubre de 1961 y dos años después ganó la presidencia de la nación, con más del 60 por ciento de los votos. En su corto mandato dictó una serie de medidas a favor de las masas empobrecidas y promulgó una nueva Constitución Nacional.
Su gobierno apenas duró siete meses, pues fue derrocado por un golpe de Estado, el 25 de septiembre de 1963; esa madrugada fue obligado a exilarse en Puerto Rico, una dependencia estadounidense.
En un recuento de los acontecimientos posteriores, De León precisó que la insatisfacción por el gobierno impuesto generó varios intentos independentistas, como el protagonizado en las montañas de Quisqueya por el líder del Partido 14 de junio, Manuel Aurelio Tabares Justo.
El coronel Francisco Caamaño (1932-1973), rememoró, fue el líder de la sublevación de los campamentos militares, y logró unir en un solo cuerpo a soldados progresistas y al pueblo.
La invasión a República Dominicana trajo hasta la isla La Española –que comparte con Haití- a la 82 división aerotransportada, con el respaldo de la Organización de Estados Americanos (OEA), siempre una aliada incondicional de Washington.
Los invasores, agregó, bloquearon la capital y masacraron hasta niños durante la sangrienta operación para, dijeron después, “restaurar la democracia” en el país, cuando lo que pretendían era asfixiar el levantamiento y evitar la repetición de la Revolución cubana, triunfante en 1959.
Luego de la firma de la llamada Acta de Reconciliación, Caamaño dijo: “A pesar de la frustración momentánea que en esos trágicos días sufriera la Revolución, el Gobierno Constitucional decidió defender sus derechos. Tuvimos que negociar con los invasores para conservar parte del tesoro de democracia que habíamos comenzado a crear”.
El coronel, que ocupó la presidencia de Dominicana el 3 de mayo de 1965 propuesto al Congreso Nacional por Bosch, aceptó en 1966 salir del país como agregado militar en Londres.
Desde el exterior intentó crear un Frente Patriótico que aglutinara a todos los sectores y fuerzas políticas presentes en la Revolución de abril.
El joven militar, quien vio un ejemplo en la Revolución cubana, murió asesinado el 16 de febrero de 1973 en Nizalto, San José de Ocoa, donde dirigía un grupo guerrillero que haría otra Revolución.
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