Mediante un comunicado, el órgano de dirección exigió mejores salarios, prestaciones para medicina, hospitalización, becas de educación y subsidio de transporte, a la luz de la devaluación de la libra libanesa y la disminución del poder adquisitivo.
El gremio recordó que un segmento de aproximadamente mil 500 prestadores de servicios técnicos no recibe ninguna ayuda de transporte ni beneficios sociales y de salud.
A propósito, denunció lo aprobado en la pasada reunión del gobierno interino de ampliar la brecha entre las distintas categorías de empleados y el tratamiento aleatorio de unos sectores sobre otros.
En este sentido, insistió en obtener el mínimo de los derechos laborales y negó los incrementos ilusorios de los sueldos con el mero pretexto para aumentar los impuestos y tasas sobre ellos y todos aquellos con ingresos limitados.
La declaración reafirmó el diálogo con las autoridades, así como la realización de cualquier otro paso de escalamiento en su momento para defender los derechos de las familias, los niños, la juventud y la vejez de los empleados.
El martes anterior, jubilados militares y de la administración pública intentaron entrar en el Grand Serail (Palacio de Gobierno) para realizar una sentada en coincidencia con la celebración de una reunión de emergencia del Consejo de Ministros.
Los manifestantes levantaron pancartas con las consignas básicas de sus demandas crónicas, luego del colapso de sus pensiones y de las garantías de salud.
En el contexto de la peor crisis económica y financiera de su época moderna, Líbano sortea las dificultades de un doble vacío de poder, tras quedar sin presidente de la República después del fin del mandato de Michel Aoun el 31 de octubre, mientras el gobierno de Najib Mikati permanece en modo interino.
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