Luego de varios días en pausa por las celebraciones de Eid al-Fitr (fin de Ramadán), el regreso a la actividad política refleja la negativa al entendimiento y los obstáculos para la convocatoria de la duodécima sesión legislativa.
Según reportes locales, el debate en la última semana sitúo en el centro del expediente presidencial a la candidatura del jefe del Movimiento Marada, Suleiman Franjieh, respaldado por los representantes chiitas de Hizbulah y Amal, junto a una gran proporción de diputados sunitas e independientes.
Mientras, su nominación recibe el rechazo de las principales fuerzas cristianas como la Corriente Patriótica Libre, el Kataeb y la ultraderecha de las Fuerzas Libanesas.
En este sentido, el secretario General Adjunto de la Resistencia islámica, Naim Qassem, enfatizó que el exministro Franjieh es el único candidato con un sólido número de votos de los diputados; en tanto, los bloques de la oposición aún no logran un acuerdo ni presentan un nombre.
Sobre este tema, el parlamentario Wael Abu Faour reclamó un mandatario producto de un entendimiento nacional que no excluya a nadie de los componentes de las fuerzas políticas; y consideró que «esto requiere un diálogo interno en lugar de esperar del lado externo».
De acuerdo con el diario Addiyar, el país entra en una fase más compleja con la iniciativa francesa de elegir como jefe de Estado a Franjieh a cambio de que el exembajador Nawaf Salam asumiera el liderazgo del gobierno.
A propósito, el analista de asuntos europeos e internacionales de Al-Mayadeen, Musa Asi, confirmó que París seguirá apoyando al jefe de Marada mientras vea su acceso a la presidencia como un servicio a sus intereses.
En esta línea de pensamiento, el experto en temas estratégicos Munther Suleiman subrayó que el comité de cinco miembros- Francia, Estados Unidos, Qatar, Arabia Saudita y Egipto- pudiera realizar una próxima consulta sobre la situación de Líbano y la prolongación de la vacancia.
Al mismo tiempo, el especialista no descartó a Al Mayadeen la posibilidad de discutir el escenario libanés al margen de la próxima Cumbre Árabe y la posibilidad de una invitación a un segundo acuerdo de Taif para enmendar lo pendiente en su implementación a fines de la década de 1980 para poner fin al conflicto civil (1975-1990).
Bajo un gobierno interino, Líbano atraviesa el cuarto vacío de poder después de su independencia, tras la conclusión del mandato presidencial de Michel Aoun, la noche del 31 de octubre.
El Parlamento repitió el 19 de enero el mismo guion de las anteriores 10 sesiones y ningún candidato de la comunidad cristiana maronita recibió el respaldo de la mayoría de 128 diputados, para prolongar la ausencia de presidente.
lam/yma