Durante los últimos días, el valor del dólar estadounidense registró un crecimiento récord en el mercado informal y llegó a ubicarse en 490 pesos argentinos para la venta.
Ese escenario tuvo como trasfondo la divulgación de rumores sobre la continuidad del ministro de Economía Sergio Massa en su cargo, supuestas diferencias con el presidente del Banco Central Miguel Pesce y la presunta negativa del Fondo Monetario Internacional (FMI) a considerar una revisión del acuerdo pactado ante la grave sequía que afecta a esta nación.
También se conoció que los exfuncionarios Hernán Lacunza, Guido Sandleris y Alfonso Prat (de la gestión del exmandatario Mauricio Macri) llevaron adelante gestiones para impedir que Argentina obtuviera anticipos o préstamos de ese organismo hasta que no asuma otro Gobierno.
Además, fue necesario intervenir e investigar a compañías como Max Capital S.A. por difundir información falsa a todos sus clientes sobre una eventual devaluación del peso argentino y la posible sustitución de Massa.
Los mismos de siempre especulan para hundir al país en un cráter, generar una corrida cambiaria y justificar las barbaridades que pretenden hacer si llegan al poder, aseveró el secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina y diputado del Frente de Todos (FdT), Hugo Yasky.
Hay grupos muy poderosos que quieren mover la mesa para ver si se cae todo y se produce una profunda crisis social. Ese es el escenario que necesitan para justificar los horrores de Milei, Patricia Bullrich y Macri (Juntos por el Cambio). Discuten cómo desarmar a nuestro pueblo, añadió.
Por su parte, el dirigente de la Confederación General del Trabajo, Héctor Daer, alertó sobre las consecuencias dañinas de esos ataques para los asalariados y aseguró que respaldarán a la dirección del país en el enfrentamiento a operaciones y discursos que perjudican a los sectores más pobres.
En declaraciones a la prensa y en su perfil en la red social Twitter, el presidente Alberto Fernández criticó las acciones especulativas y afirmó que no es la primera vez que atacan a gobiernos populares.
Es una práctica permanente de la derecha argentina. Instalan rumores en la mañana, operan durante todo el día y cuando termina la tarde retiran su rentabilidad del mercado cambiario. De ese modo perjudican el ahorro de la mayoría de los ciudadanos, sentenció.
Siempre hacen lo mismo. Se van al exterior a hablar en contra y piden que nos corten el crédito y nos exijan más ajustes sobre el pueblo. Esto lo vivimos muchas veces a lo largo de nuestra historia, agregó.
Por su parte, Massa advirtió que hace varios días se vive un escenario atípico de rumores, versiones y falsos informes, los cuales tienen su consecuente impacto en los instrumentos financieros vinculados al dólar.
Usaremos todas las herramientas del Estado para ordenar esta situación. En ese sentido notificamos al FMI las restricciones que pesan sobre Argentina y vamos a cambiar en la rediscusión del programa, apuntó.
Acudiremos a la Justicia Penal económica para investigar y esclarecer algunos comportamientos y a la Unidad de Información Financiera y a la Comisión Nacional de Valores para el análisis de operaciones vinculadas al lavado de dinero, dijo.
Según el analista Luis Bruschtein, la decisión del mandatario de no buscar una reelección aparece más como forzada por una fuerte presión desestabilizadora que como consecuencia del proceso interno del FdT.
De su lado, el presidente de la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, Carlos Heller, atribuyó el aumento del valor del dólar a un ataque especulativo y a agresiones que no se pueden desvincular de la política ni de sucesos como el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández el 1 de septiembre de 2022.
En un contexto marcado por la persecución judicial a la exjefa de Estado, los recientes acontecimientos apuntan a otros líderes del FdT como el Presidente y Massa, con lo cual las tres figuras fuertes de la alianza se encuentran ante un escenario complejo.
Desde su inicio en 2019, la actual gestión fue perjudicada por el comportamiento de Macri, quien contrajo una deuda con el FMI para supuestamente obtener su reelección y mediante la cual el estadounidense Donald Trump (2017-2021) pretendía garantizar el control sobre Argentina aunque eso no ocurriera.
Un estudio de la Auditoría General de Argentina concluyó que el pacto estuvo marcado por incumplimientos de las normas establecidas, no respetó los criterios del proceso de negociación y ejecución y llevó al mayor compromiso de este país con ese organismo tras adquirir un préstamo de 56 mil 700 millones de dólares.
De acuerdo con el economista Guillermo Wierzba, el endeudamiento que financió la fuga de capitales exterminó el acceso de este país al mercado financiero voluntario internacional, a la vez que lo dejó con un compromiso insostenible.
En un escenario global de guerra y de restablecimiento de bloques que amenazan la lógica hegemónica de Estados Unidos, esa superpotencia reorganizó su política exterior y se muestra muy intervencionista en América Latina. El FMI hizo su trabajo. Argentina retrocedió muchísimo desde que Cristina Fernández terminó su segundo mandato (2015), afirmó.
La dinámica de la inflación y presión cambiaria tienen objetivos políticos desestabilizadores. No se les puede analizar con los manuales de la economía, como si esta se tratara de una praxeología. Los grandes empresarios quieren destruir el kirchnerismo y el FMI al “populismo argentino”, añadió.
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