En los últimos meses ocurrieron discordias por temas que tuvieron que ver con apuestas gubernamentales como la reforma educativa, y, esta vez, contra la del régimen jubilatorio, ambas comprometidas para el presidente Luis Lacalle Pou.
La víspera hubo dos imágenes de país. Dentro de Palacio Legislativo se discutía y votaba el articulado de la reforma jubilatoria, que impulsa el gobierno para -argumenta- hacer al régimen de seguridad social más sostenible de manera financiera.
Pero en las afueras del Parlamento tuvo lugar una movilización y acto de rechazo a lo que la mayoría de los diputados, junto al gobierno, convertirán en normativa legal.
En la explanada del Palacio Legislativo afiliados a los sindicatos que integran la central sindical PIT-CNT, también de movimientos sociales, la organización de pensionados y jubilados, entre otros exponentes, rechazaron lo que se discutía a tiempo real en el recinto legislativo.
Argumentaron que por la normativa trabajarán más años, con menos retribuciones.
El Frente Amplio (FA), que representa a la izquierda uruguaya, reiteró en la discusión parlamentaria su rechazo al proyecto en general, aunque aceptó artículos específicos, a sabiendas de no contar con las papeletas necesarias.
La modificación jubilatoria será ley, pese al rechazo de sectores poblaciones, movimientos sociales y el FA.
Ello se decidirá en el Senado, con votos ya contados a favor de la propuesta gubernamental.
Para el Frente, el PIT-CNT y otras organizaciones la batalla continuará, sobre todo en la conciencia poblacional, a la espera de que un cambio de gobierno, en las elecciones de 2024, otorgue condiciones para cambiar lo que hoy está por legislar.
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