La iniciativa de reducir la jornada de 8 a 6 horas sin afectar el salario, fue planteada por el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, en el acto por el Día Internacional de los Trabajadores, ante altos funcionarios del Gobierno allí presentes.
Argumentó que el objetivo es recortarla, manteniendo la productividad y el ingreso, en busca de «permitir una vida más plena del trabajador».
El dirigente sindical recordó que la ley de 8 horas es de 1912 y contrastó que desde entonces cambió mucho el mundo del trabajo, sobre todo por los cambios tecnológicos en los procesos productivos.
Abdala dijo que en América Latina hay antecedentes y citó la reciente legislación aprobada en Chile, con 40 horas de trabajo semanal, por lo que instó a «empezar a considerar el asunto» en este país sudamericano.
No demoró la reacción del ministro del Trabajo, Pablo Mieres, quien negó que el tema esté en la agenda gubernamental.
Sin embargo expresó que en la negociación colectiva, en distintos sectores de actividad, pueda acordarse esa posibilidad.
Mieres destacó que la situación “varía mucho de un sector a otro” y que en todo caso es un tema “asociado a la productividad”.
De su lado el presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales, Diego O´Neill, consideró no viable la modificación «en términos generales».
“No nos parece que en el Uruguay de hoy la solución sea una reducción de la jornada laboral», apuntó.
Hoy tenemos una desocupación inferior a la que teníamos en la prepandemia (de la Covid-19), entonces no hay razón para la reducción de la jornada laboral”, afirmó el empresario, aunque reconoció que la discusión dependerá de la negociación en cada uno de los sectores laborales.
Consultado al respecto, el presidente Luis Lacalle Pou coincidió en que una reducción de la jornada laboral «a rajatabla» le parece inadecuada.
No tendría problema en discutirlo si discutimos todo: la carga horaria, la productividad y el salario, matizó en entrevista radial y agregó que dependerá «de la rama de trabajo».
mgt/ool