Durante la jornada de celebración la víspera, la mandataria afirmó que para su Ejecutivo lo más importante es generar oportunidades para las familias de extrema pobreza en el país y la Red Solidaria abre precisamente esas puertas.
De acuerdo con la jefa de Estado, en Honduras hay dos mil siete aldeas donde más del 83 por ciento de las familias viven en extrema pobreza, sin embargo, son atendidas gracias a la iniciativa gubernamental.
De ese modo, unas 400 mil familias del país de los pinos se benefician del referido proyecto, considerado por la administración hondureña como el más sensible, pues está dirigido a los sectores más necesitados.
Para el analista político Alejandro Bonilla, la Red Solidaria no es un proyecto asistencialista como hacían los programas neoliberales que al final empobrecían más a los hondureños.
“Está enfocado en la recuperación económica para que las personas puedan salir adelante”, destacó Bonilla en diálogo con Prensa Latina.
El también miembro del partido Libertad y Refundación (Libre) señaló entre los objetivos del gobierno, hacer parte vital del desarrollo económico del país a miles de personas que viven en la pobreza.
“Tiene como eje fundamental la creación de cajas rurales, la participación de la mujer, los bonos a la tercera edad y a las personas con discapacidad”, detalló.
Bonilla recordó que las administraciones anteriores dejaron un índice de más del 40 por ciento de personas en la miseria y la misión de la primera mujer presidenta de Honduras es tratar de erradicar la pobreza existente en el país.
La iniciativa de la Red Solidaria es de vital importancia para el Gobierno de Castro, pues da continuidad a la estrategia implementada por la administración del expresidente Manuel Zelaya antes del golpe de Estado en 2009.
Protección social, educación, salud, generación de ingresos, infraestructura social, medio ambiente y fortalecimiento local y humano, forman parte de los ejes principales del programa.
Es bienvenido en las comunidades más humildes del país, donde se trabaja para mejorar viviendas y se garantiza la educación con la construcción de escuelas dotadas de textos.
Además, para los estudiantes de excelencia académica, el Gobierno de Castro les otorga una beca para la continuidad de sus estudios.
Asimismo, se les garantiza la debida atención a las mujeres embarazadas, en tanto a los niños menores de cinco años con problemas de desnutrición, les buscan alternativas para sacarlos de esos niveles.
De ese modo, la población en extrema pobreza en esta nación centroamericana recibe los servicios arrebatados durante 12 años por las administraciones neoliberales.
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