Según la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB pos sus siglas en inglés), los estadounidenses pagaron mil millones de dólares en intereses diferidos en tarjetas de crédito para gastos de salud y otras erogaciones con estos fines solo entre 2018 y 2020.
Tras analizar los datos que los prestamistas enviaron a los reguladores, descubrió la agencia cómo los pagos de dichos cobros adicionales pueden inflar las facturas médicas en casi un 25 por ciento.
«Los equipos de préstamos están diseñando productos costosos para vender a los pacientes que buscan llegar a fin de mes con sus facturas», dijo Rohit Chopra, director de CFPB, el organismo de control federal del consumidor.
Estas nuevas formas de deuda médica, añadió, pueden crear la ruina financiera para las personas que se enferman.
Millones de pacientes se inscriben actualmente en tarjetas de crédito como CareCredit, que ofrece Synchrony Bank, que a menudo se comercializan en las salas de espera de los consultorios de médicos y dentistas, con el supuesto objetivo de ayudar a financiar con las facturas.
Estas herramientas generalmente ofrecen un período promocional durante el cual los pacientes no pagan intereses, pero si estos no hacen un pago, o se ven privados de la posibilidad de honrar el compromiso financiero durante el período promocional, pueden enfrentar tasas de interés que alcanzan el 27 por ciento, según el CFPB.
Un reporte divulgado por el Servicio de Radiodifusión Pública acotó además que, en todo el país, alrededor de 100 millones de personas tienen algún tipo de deuda de atención médica.
El amplio alcance del problema está alimentando un negocio multimillonario de financiación para pacientes, con capital privado y grandes bancos que buscan sacar provecho cuando los enfermos y sus familias no pueden pagar la atención, añadió la fuente que citó un informe realizado de conjunto con el sitio Kaiser Health News.
jcm/ifs