Un análisis publicado este domingo en el sitio digital del diario Il Messaggero, señala que la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), uno de los mayores gremios de este país, defiende ese reclamo y su secretario general, Mauricio Landini, anunció que se presentara una propuesta concreta al respecto.
También la Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores (CISL), está a favor de que se inicien ensayos de factibilidad sobre esta fórmula de empleo, mientras que los dirigentes de la Unión Italiana del Trabajo (UIL) desestiman poner énfasis en menos días laborables y apuestan por reducir los horarios con iguales salarios.
En este país unos 2,7 millones de trabajadores laboran hasta 50 horas a la semana, 10 más del promedio, para un 9,2 por ciento, cifra solo superada en la región por las de Portugal, Francia y Grecia, con 9,4; 10,2 y 10,6 puntos porcentuales del total de empleados, respectivamente, precisa el estudio.
Dos entidades de esta nación europea, el Banco Intesa San Paolo y la firma cafetera Lavazza, ya comenzaron a aplicar variantes de semana corta, pero alargando a 36 las horas en ese período, con nueve diarias, una opción a la cual pueden sumarse sus empleados de manera voluntaria.
Esa iniciativa, según ese diario, cobró forma durante la etapa de la pandemia de la Covid-19, tras valorar necesario reorganizar el trabajo dada la necesidad de proteger a los trabajadores contra la enfermedad, y en los últimos meses se aplicó para enfrentar las consecuencias del conflicto en Ucrania, con el propósito de ahorrar energía.
En relación con este tema, el ministro de Empresas italiano, Adolfo Urso, manifestó que “estoy dispuesto a reflexionar a partir de la realidad, pero todo debe armonizarse con una sabia política industrial con el objetivo de aumentar la productividad y el empleo”, agrega la fuente.
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