“Los desembarcos en Lampedusa continúan sin cesar, una emergencia que nunca ha terminado y de hecho solo empeora”, indicó Antonio Nicolosi, portavoz de la unidad de carabineros que participa en la implementación del plan de emergencia, en declaraciones divulgadas este lunes en el sitio digital del diario La Presse.
En Imbriacola, con capacidad para unos 400 migrantes, se encuentran amontonados casi dos mil, “incluidos muchos niños que esperan ser reubicados, bajo temperaturas de 35 grados, descalzos en la tierra, en ambientes insalubres, en medio de una suciedad y descomposición que pone en peligro su salud”, aseveró Nicolosi.
Ante esta caótica situación se implementó un nuevo plan de evacuación bajo la coordinación de Valerio Valenti, comisionado gubernamental para la emergencia de inmigración, con el apoyo del Arma de Carabineros, la Guardia de Finanzas, la Autoridad Portuaria y las Fuerzas Armadas del país, añadió el vocero.
En medios de transporte marítimos y aéreos se acelera el traslado de los migrantes que se encuentran en Imbriacola, hacia centros de la vecina isla de Sicilia y otros habilitados en territorio continental.
El Ministerio del Interior dio a conocer el 27 de abril último la activación de 850 puntos para albergar inmigrantes irregulares recién llegados, para aliviar la tensa situación ante un flujo imparable, especialmente desde las costas de Túnez.
En el primer cuatrimestre de 2023 desembarcaron en esta nación 38 mil 988 migrantes, mientras el año pasado fueron nueve mil 673, y solo en el mes de abril la cantidad ascendió a 11 mil 298, casi ocho mil más que en igual período de 2022, indicó un reciente parte de esa institución.
En su mayoría, los llegados en ese período procedían de Costa de Marfil, Guinea, Egipto y Pakistán, con cinco mil 810, cuatro mil 454, cuatro mil 405 y tres mil 848 nacionales, respectivamente, así como dos mil 867 tunecinos, dos mil 666 bangladesíes y dos mil 182 sirios, entre otros, agregó la fuente.
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