Francesco Messina, director central contra el crimen de la Policía Estatal indicó, en declaraciones divulgadas este miércoles por el diario Il Tirreno, que se detectaron numerosas instalaciones en diversas regiones de Italia, utilizadas por los contrabandistas para sus actividades.
Las mismas se extendían de sur a norte de la península, en las localidades de Crotone, Lecce, Brindisi, Foggia, Grosseto, Imperia, Milán, Turín y Trieste, con el propósito de viabilizar la radicación de los migrantes en territorio italiano, así como su traslado hacia otras naciones europeas, señaló el jefe policial.
Los traslados de inmigrantes ilegales a Italia, a un costo de 10 mil euros por persona, se realizaban principalmente a través de la ruta marítima del Mediterráneo oriental, a bordo de embarcaciones de vela, con salidas desde las costas de Turkiye y Grecia.
La fase operativa, dirigida por la Dirección Central Anti-Crimen de la Policía Estatal, fue ejecutada en Italia por el Servicio Operativo Central de la provincia de Crotone, en la sureña región de Calabria, con el apoyo de ocho Equipos Móviles, precisó el funcionario.
Se realizaron además coordinaciones con otros servicios de seguridad de diversas naciones de la región, a través de los sistemas de Interpol y Europol, en particular con fuerzas policiales de Turkiye, Grecia, Bélgica, Alemania, Suecia, Reino Unido, Bélgica y Marruecos, agregó Messina.
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