«Ante indicios de manipulación de resultados en competiciones deportivas, con repercusión interestadual e incluso internacional, estoy determinando hoy que se instaure una investigación en la Policía Federal», escribió Dino en la red social Twitter.
En un comunicado, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) informó que pidió también una indagación sobre estas infracciones.
Al respecto, el timonel de la CBF, Ednaldo Rodrigues, manifestó «ser partidario de la suspensión preventiva basada en sospechas concretas e incluso de la expulsión del deporte en casos probados. Quien comete crímenes no debe formar parte del fútbol», subrayó en la nota.
Pactos delictivos entre jugadores y apostadores salieron a la luz en abril, después de la llamada Operación Penalidad Máxima, desencadenada por el Ministerio Público del central estado de Goiás.
La Justicia hizo esta semana acusados a 16 personas involucradas en el manejo de resultados de 13 partidos, ocho de los cuales del Campeonato Brasileño de la Serie A de 2022, uno de la B del mismo calendario y cuatro de campeonatos estaduales realizados este año.
Elaborado por la Fiscalía y enviado a la Justicia, en el documento el órgano relata 23 hechos criminales ocurridos durante los cotejos, en los cuales los jugadores se comprometieron a cometer faltas para recibir tarjetas y por ende penales.
Figuran entre los inculpados ocho jugadores y nueve apostadores.
Se cita a futbolistas que no fueron denunciados, pero que son investigados como los exjugadores de Goiás, Dadá Belmonte y Sávio, que disputan actualmente la élite del fútbol nacional.
Por ejemplo, Delmonte, quien defiende los colores de América-MG, aparece al menos 10 veces en el proceso de más de 100 páginas.
El grupo ofrecía hasta 500 mil reales (unos 100 mil dólares) como pago inicial a los atletas, según los fiscales.
«Se trata de una operación especializada destinada a seducir y cooptar a deportistas profesionales con fines lucrativos», argumentaron.
Desde 2018, las apuestas deportivas son legales en el gigante sudamericano, después de permitirse el juego en línea, pero la «avidez por apostar» obliga a las autoridades a preparar y elaborar leyes para controlar el desenfreno.
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