Cientos de indocumentados están concentrados a lo largo de la frontera común en espera de las 23:59, hora local, cuando cesa el título 42, para echarse al agua, aun cuando saben que el sustituto, título 8, tampoco les permitirá quedarse en territorio estadounidense.
Peor aun, los inhabilita durante cinco años para intentar ingresar por cualquier vía, incluida la legal.
Voceros de ambos países reportan concentraciones de migrantes en numerosos puntos de las fronteras Matamoros-Brownsville y Tijuana-San Diego.
Un reportaje de La Jornada indica que en Matamoros, Tamaulipas, los migrantes están atravesando a nado el río o sobre improvisadas embarcaciones y en caravana, para llegar a territorio estadounidense donde el aumento de vigilancia, cercas con púas y el sobrevuelo de helicópteros, tratan de impedirles el paso.
Añade que, con desesperación e incertidumbre, los migrantes retan la vigilancia oficial, que en suelo mexicano establece sin éxito el Instituto Nacional de Migración, así como el endurecimiento de medidas por parte del gobierno de Texas, que incluye el desplazamiento de 10 mil agentes y sobrevuelos de dos aeronaves Black Hawk sobre el río Bravo. Los cruces masivos son protagonizados en su mayoría por mujeres y niños que se internan en las aguas del río Bravo, peligrosas por las fuertes corrientes y la abundancia del lirio, en el que pueden quedar atrapados, especifica el diario.
Aquellos que no pasan a nado desde el borde de la avenida Tamaulipas, lo hacen sobre balsas, albercas o colchones inflables, que van de una orilla a la otra en numerosas ocasiones.
Otra nota indica que hay tres mil migrantes en un campamento a unos metros del puente Nuevo Internacional en la localidad que van a tratar de irrumpir por allí, aunque dos veces al día la estructura se cierra con el objetivo de que agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos realicen simulacros.
La estrategia de los migrantes es no enfrentarse a la soldadesca de Estados Unidos, sino entregarse voluntariamente a fin de que les inicien proceso de asilo, pero desde territorio estadounidense, no espetando desde México porque hasta ahora ha sido una burla.
Pero las nuevas medidas amparadas por el Titulo 8 obligan a hacer esa solicitud desde sus respectivos países en los consulados o embajadas estadounidenses, pues cualquier otra vía -y en particular esta de la frontera- no será considerada válida.
Como los migrantes actúan de manera pacífica para evitar represiones, a los elementos de la Patrulla Fronteriza no les queda otra que alinearlos en fila para que autoridades migratorias atiendan sus casos, según indican los propios interesados, y como son tantos, los forman por día y orden de llegada.
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