La víspera, seguidores del partido Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI) irrumpieron en las oficinas de Radio Pakistán y Associated Press of Pakistan (APP) en Peshawar, vandalizaron las instalaciones y golperaron a varios de sus empleados, afirmaron en una declaración el presidente del PFUJ, Afzal Butt, y el secretario general, Arshad Ansari.
Los dirigentes del gremio periodístico calificaron el hecho de indeseable e inaceptable, exigieron el arresto inmediato de los culpables de PTI y un castigo ejemplar.
También denunciaron que camarógrafos y periodistas están siendo atacados en diferentes ciudades por los simpatizantes de Imran Khan, lo cual, dijeron, es preocupante y alarmante.
Solicitaron una investigación inmediata sobre las graves fallas de seguridad en los medios de comunicación oficiales, la emisora Radio Pakistán y APP.
Debido a la situación emergente de orden público, se debieron prever medidas eficientes para la protección de los medios de prensa, en especial el edificio de la emisora radial en Peshawar, el cual fue construido en 1935, señalaron.
Afzal Butt y Arshad Ansari exigieron, además, acciones inmediatas y urgentes para la protección de los periodistas y trabajadores de la prensa del sector público y privado por el empeoramiento de la situación de la ley y el orden.
“La vida de los periodistas y trabajadores de los medios está directamente expuesta a los malhechores por las exigencias de su trabajo”, enfatizaron.
Medios occidentales de prensa refirieron otros incidentes ocurridos el martes y el miércoles como el asalto a la residencia del actual primer ministro Shehbaz Sharif en Lahore y el incendio de 14 instalaciones gubernamentales y 21 vehículos policiales en Punjab.
Sobre Imran Khan, arrestado el martes con un fuerte dispositivo de seguridad, pesan varios cargos de corrupción presentados por la Oficina Nacional de Responsabilidad.
Entre ellos, el caso de Al-Qadir Trust, calificado por las autoridades como el de corrupción más grande en la historia de Pakistán, sobre un supuesto acuerdo entre su Gobierno y un magnate inmobiliario que provocó una pérdida de 50 mil millones de rupias, alrededor de 612 millones de dólares.
Tras su detención se suscitaron algunos hechos vandálicos y enfrentamientos entre manifestantes y policías en varias ciudades del país, pero la dirección del PTI convocó a nuevas huelgas y debido al incremento de la violencia, la policía arrestó al secretario general del partido, Asad Umar.
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