Según el informe del organismo internacional, más de 115 mil niños podrían sufrir desnutrición grave en 2023, frente a los 87 mil 500 del pasado año, en medio del auge de la violencia, empeoramiento de inseguridad alimentaria y el brote de cólera que sufre la nación caribeña.
La situación ya es severa en Cité Soelil, el barrio pobre más grande de Haití y situado en el norte de su capital, donde uno de cada cinco niños está actualmente desnutrido.
El departamento Oeste, donde está enclavada Puerto Príncipe, es la zona más afectada por el conflicto de las pandillas y se estima que el 7,5 por ciento de su población infantil sufre desnutrición aguda, dos puntos porcentuales más que la media nacional.
Bruno Maes, representante de Unicef en Haití, lamentó que cada vez mas los padres son incapaces de alimentar y cuidar adecuadamente a sus hijos, mientras que la escalada de violencia impide llegar a los centros de salud.
“Cada vez más niños alcanzan más rápidamente la fase de emaciación grave y morirán si no se toman medidas urgentes”, advirtió.
El organismo indicó que la actual crisis se agrava con el repunte del cólera con 41 mil casos sospechosos de octubre a la fecha, de ellos el 46 por ciento entre niños menores de 14 años.
Además, casi uno de cada cuatro niños haitianos sufre desnutrición crónica o retardo del crecimiento, afección que tiene consecuencias a largo plazo.
Para paliar esta situación, Unicef llama a actuar con urgencia y recaudar fondos para salvar las vidas de más de 100 mil menores.
La organización de la ONU precisa de 17 millones de dólares para financiar las primeras fases de la respuesta, que se utilizarán para ampliar la detección precoz de la emaciación infantil, comprar 84 mil kits adicionales de alimentos terapéuticos listos para usar y poner en marcha intervenciones en materia de nutrición, salud, agua, saneamiento e higiene y desarrollo de la primera infancia.
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