La planta ubicada en las costas del golfo Pérsico, es considerada como la primera generadora de energía nuclear de Irán, y fue clausurada a mediados de febrero con el objetivo de llevar a cabo un reemplazo anual de barras de combustible e inspecciones periódicas.
Según una nota oficial de la entidad rectora de la actividad atómica en el país, los expertos, técnicos, empresas y contratistas locales desempeñaron un papel importante en el programa de revisión y recarga de combustible de la instalación.
La central de Bushehr tiene una capacidad productiva de 1 gigavatio de electricidad por hora, suficiente para responder a la demanda de electricidad de una ciudad de un millón de personas en las regiones cálidas del sur del país persa.
Irán necesita expandir su energía nuclear para responder a la creciente demanda de electricidad en los sectores doméstico y manufacturero, abunda el texto divulgado aquí y replicado por la prensa local.
La República Islámica de Irán pretende generar la mitad de la demanda de energía eléctrica con la construcción de nuevas centrales similares y sostiene que su programa nuclear tiene fines únicamente civiles y no constituye amenaza alguna para otras naciones.
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