En tanto, en la esfera diplomática, continúan las negociaciones en la ciudad saudita de Jeddah, con la mediación de Riad y Washington, aún sin resultados, a pesar de que varias fuentes informaron que las dos partes están muy cerca de una tregua duradera.
Por su parte, el Alto Comisionado de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Volker Turk, acusó a las partes enfrentadas en Sudán de cometer excesos que han pisoteado el Derecho Humanitario Internacional, al perpetrar ataques sin tener en cuenta el impacto sobre zonas o infraestructuras civiles, lo que se ha traducido ya en cientos de víctimas mortales.
Según los datos recogidos por la Organización Internacional para las Migraciones, ahora hay más de 700 mil desplazados internos por los combates y a ellos se suman tres millones 700 mil que había antes de esa fecha.
La ONU calcula las víctimas fatales en algo más de 600 personas, mientras otras cinco mil han resultado heridas, cifras que resultan conservadoras para los observadores políticos en el lugar.
Los enfrentamientos en Sudán estallaron el pasado 15 de abril por contradicciones en medio de un proceso de integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, vicepresidente del Consejo Soberano de Transición (CST) al seno de las Fuerzas Armadas, y el jefe del Ejército y presidente del CST, Abdelfatá al Burhan.
Ambos, con grado de general, se han disputado el control del país después del derrocamiento en 2019 del presidente Omar al Bashir.
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