Por Stella Calloni*
Colaboradora de Prensa Latina
Precisamente esta ONG de la constelación de la CIA y los sectores fundamentalistas de Estados Unidos se conformó en diciembre de 2008, en Colombia, durante una reunión realizada en Bogotá en la que se dieron cita “delegaciones de diversos países latinoamericanos”.
UnoAmérica está compuesta en Colombia por organizaciones como la Fundación Defensa Patria, adscrita a la Cuarta Brigada y fundada para “ayudar al soldado en los ámbitos de bienestar, como también en la atención integral de sus familias frente a los embates de su vida como soldado”, según el brigadier general Juan Pablo Rodríguez Barragán.
Y también por la Federación Verdad Colombia (FVC), cuyo origen se remonta a 1995, cuando las Fuerzas Militares crearon la ONG Centro de Análisis Sociopolíticos para contrarrestar las denuncias de las organizaciones de derechos humanos.
A partir de esta iniciativa, otras instituciones que compartían el mismo interés se unieron alrededor de la FVC, que es presidida por Miguel Posada Samper, alto ejecutivo del grupo financiero Bolívar, quien también es asesor en temas de seguridad del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010). Apoyaron la iniciativa “de diversos países latinoamericanos”.
Al revisar a las Fundaciones asociadas a UnoAmérica, surge la evidencia de que todas dependen de las “centrales” como la Agencia Internacional para el Desarrollo (Usaid, siglas en inglés) o la National Endowment Foundation (NED) -que aparece entre nosotros como destinada a “financiar” la democracia-, y otras similares con sede en Estados Unidos y en Europa.
SIEMPRE PRESENTE LA CIA
A estas dos últimas se las conoce como “la cara social de la CIA” y desde los años 80 trabajan en toda la región financiando proyectos, movimientos y oposiciones supuestamente “democráticas”.
A lo largo de estos años ha proliferado la interminable red de Fundaciones como Libertad (FL), que echó raíces en 1983 en varias provincias de Argentina -con sede en Rosario- y que estuvo detrás del mal llamado “conflicto del campo”, un descarnado intento de golpismo en 2008 contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que había llegado al gobierno el 10 de diciembre de 2007.
UnoAmérica, como Fundación Libertad, están asociadas a la Heritage Foundation, la misma cuyos integrantes redactaron los Documentos de Santa Fe uno, dos, tres y cuatro, entre otros, de tan nefastas consecuencias para América Latina.
Otros lazos de UnoAmérica nos llevan a la ultraderechista Fundación para el Análisis Económico Social (FAES), que dirige el expresidente de España José María Aznar, y a la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa, de conocida actuación en contra de los gobiernos verdaderamente democráticos de la región.
UNOAMÉRICA Y SUS TÍTERES EN ARGENTINA
La lista es infinita, pero además nos muestra el extenso mapa de la injerencia contrainsurgente en América Latina. La investigación lleva a otras asociaciones como Unión Por todos en la provincia de Buenos Aires, integrada por Patricia Bullrich y el economista Ricardo López Murphy, y a coaliciones que se autoerigen en “cívicas y democráticas”.
En esa misma línea se ubica la Fundación Pensar, integrada por diputados y políticos de la derechista Propuesta Republicana (PRO) que dirige el expresidente Mauricio Macri de la coalición derechista Cambiemos, ahora Juntos por el Cambio, bajo la dirección de Patricia Bullrich, candidata a presidenta en 2023 bajo la mira de la justicia.
De acuerdo con los enunciados de UnoAmérica en su fundación en Bogotá, se trató de conformar una organización “capaz de defender la democracia y la libertad en nuestro continente” que, según ellos, se encuentran bajo amenaza.
Los personajes ligados a este proyecto son integrantes de las derechas totalitarias que compartieron las dictaduras en el continente y ahora se convirtieron en promotores de los nuevos golpismos en nuestros países. Con este perfil podemos imaginarnos cuáles son sus conceptos de “democracia y libertad”.
En sus considerandos UnoAmérica dice “preocuparse” por el supuesto “fracaso” de los gobiernos de la región “en resolver los problemas de pobreza”. En realidad los agrupados en esta fundación, además de sus participaciones en las pasadas dictaduras militares, gerenciaron el modelo neoliberal de los años 90 y por lo tanto son responsables de la intensa destrucción social, política y económica.
EL FORO DE SAO PAULO EN LA MIRA DE UNOAMÉRICA
Aseguraron en su declaración que el Foro de Sao Paulo “se aprovecha de las necesidades de los pueblos para manipular a los más pobres, prometiendo mejoras económicas y justicia social” pero que en realidad sólo introducen el “modelo socialista que divide a la sociedad, la polariza en dos bandos, y provoca violencia y anarquía”.
Para los creadores de este nuevo engendro, “América Latina está en peligro” porque existen “catorce países latinoamericanos, cuyos gobiernos pertenecen o están vinculados al Foro de Sao Paulo, y aunque llegaron al poder por la vía democrática, muchos de ellos están destruyendo la democracia y coartando las libertades, como es el caso de Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Cristina Kirchner y Daniel Ortega”. (Esto lo decían en 2008).
Y advirtieron además que ahora ya no utilizan “el paredón” sino “métodos más modernos y sofisticados, como las reformas constitucionales, lo cual les permite controlar los poderes públicos y eternizarse en el poder, ante la mirada complaciente de los integrantes más moderados del Foro, como Lula da Silva, Tabaré Vásquez y Michelle Bachelet”, como ellos lo veían en esos momentos. (También su visión de 2008).
Por supuesto todos son acusados de llevar adelante el plan del Foro de Sao Paulo y los otros por “complacientes”, pero todos culpables al fin.
Con el argumento de que UnoAmérica fue creado para enfrentar al Foro de Sao Paulo “que tiene un proyecto supranacional, que no respeta fronteras ni soberanías nacionales” y que “para alcanzar sus fines, todos sus integrantes intervienen flagrantemente en los asuntos internos de las demás naciones, ya sea financiando candidatos, enviando pertrechos militares, o dirimiendo conflictos, valiéndose de organizaciones subsidiarias como la Unasur, ellos se adjudican el derecho de hacer todo esto en realidad”.
Desde su punto de vista, la Unión de Naciones Suramericanas es una simple “subsidiaria” del Foro de Sao Paulo.
Debemos detenernos en este punto. Porque en los años 70 las dictaduras militares conformaron una coordinadora criminal, como fue la Operación Cóndor, para enfrentar lo que llamaban una “insurgencia supranacional”.
Ahora resulta que con esta nueva tesis, los integrantes de UnoAmérica estiman que el Foro de Sao Paulo y sus gobiernos colocaron en situación de desventaja a las fuerzas democráticas (o lo que ellos califican como fuerzas democráticas) de la región, que deben actuar “aisladamente, limitándose a su propio territorio” y los “demócratas” (lo que ellos consideran demócratas) “se ven imposibilitados para contrarrestar los planes de expansión” de ese Foro.
Entonces se proponían proporcionar “a los sectores democráticos de América un mecanismo de intercambio de información, coordinación permanente y apoyo mutuo, sin vulnerar -como acostumbran nuestros adversarios- los principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos”.
De esto se desprende que para enfrentar al Foro de Sao Paulo, tienen todo el derecho de actuar supranacionalmente y volverán a utilizar las viejas listas de la CIA a fin de dar respuestas “supranacionales”.
SE IMPONEN A LOS GOLPES
Sólo que olvidaron la cantidad de documentación desclasificada que permite elaborar el mapa de la financiación “supranacional” de movimientos, partidos políticos, fundaciones, ONG que financia la CIA y sus fundaciones como la NED.
Hasta ahora ha financiado todos los golpes militares duros o blandos durante lo que va del siglo XXI, desde Venezuela 2002 (fracasado), Argentina (marzo de 2008), Bolivia (septiembre de 2008), Honduras (en 2009), Ecuador 2010 (también fracasado), Paraguay (en 2012), Brasil (en 2016), hasta Nicaragua (en 2018).
Asimismo debe ser considerando como un golpe postelectoral lo sucedido en Ecuador con la llegada al gobierno en 2017 de Lenín Moreno por el Partido creado por el expresidente Rafael Correa, ya que a los pocos días renunció a esta organización política y por lo tanto al programa de gobierno en lo que se constituye un asalto al poder, porque traicionó la voluntad del pueblo.
Hay que definir este tema porque si se violenta la voluntad popular por la que ese pueblo votó, lo que gobierna a partir de esto es una dictadura encubierta. El último golpe sucedió en Perú, en diciembre de 2022.
En Perú hay una dictadura encubierta, que tanto como en Colombia tienen la mayor cantidad de bases militares de Estados Unidos en América Latina. No olvidar la base Mount Pleasant que posee Gran Bretaña en el archipiélago de las Malvinas, ocupadas colonialmente desde 1833.
EL PARAMILITARISMO DE UNOAMÉRICA
UnoAmérica fue parte de golpes y desestabilizaciones. Sus integrantes pagados por la CIA y los aliados principales tenían que infiltrar las fuerzas de Seguridad, las cuales iban a ser las que debían contener las reacciones populares. Sólo basta ver el armamento de que disponen.
Conforman también las bases del mercenarismo, como se demostró durante el golpe en Honduras en 2009, cuando el presidente impuesto por la dictadura, Roberto Micheletti, condecoró al presidente de UnoAmérica, Alejandro Peña Esclusa, por su “ayuda”. Allí actuó el paramilitarismo mercenario que produjo muertes y torturas.
Ese paramilitarismo mercenario está ya en toda América Latina listo para activarse, como se demostró en los varios intentos de golpe y de intervención en Venezuela, y en el golpe contra Evo Morales en Bolivia, que estuvo bajo el mandato del paramilitarismo de la Media Luna, formado allí desde hace tiempo.
Por supuesto ni qué hablar de Colombia, por los paramilitares entrenados y armados por Israel en las nuevas tandas, ya que están presentes en ese país desde el asesinato del candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán en 1948.
En Argentina la Fundación Libertad, con una de sus sedes más importantes en Rosario, Santa Fe, fue uno de los epicentros del golpismo en el mal llamado “conflicto del campo”.
LOS “PROGRAMAS” DE UNOAMÉRICA
Detrás de todos los enunciados de UnoAmérica también figura «la zanahoria delante del conejo hambriento” ya que “adicionalmente” se proponen “elaborar y ofrecer a los pueblos de América, un programa de desarrollo e industrialización que resuelva los problemas de fondo de la región, particularmente el de la pobreza, como verdadero antídoto al totalitarismo”.
Ya sabemos por experiencia hacia dónde van esos fondos, en momentos en que el propio Congreso de Estados Unidos, a instancias de algunos de sus representantes, debatió sobre la complicidad de la NED o la Usaid en el golpismo en Venezuela y en su actividad en favor de los grupos violentos y las acciones desestabilizadores y golpistas de los Prefectos de la Media Luna en Bolivia.
La oferta de UnoAmérica y su invitación a “todas las fuerzas democráticas de América Latina a incorporarse activa y entusiastamente a esta iniciativa” debe ponernos en alerta.
¿Podría alguien creer que personajes como quien preside UnoAmérica, Alejandro Peña Esclusa, denunciado en su país por actuar en la campaña electoral salvadoreña en favor del partido ultraderechista Arena, fundado y financiado por paramilitares y asesinos como el mayor Roberto D’buisson (ya fallecido), acusado como uno de responsables del asesinato del arzobispo de San Salvador, monseñor Oscar Arnulfo Romero en 1980, puede enseñarnos caminos democráticos?
Esta acción de una organización como UnoAmérica es un llamado de alerta para los organismos humanitarios reales, que intentan ser reemplazados por otros falsificados y dependientes de los responsables de los genocidios dictatoriales del siglo XX en América Latina.
En las páginas de UnoAmérica en Internet, por ejemplo, se defendió el “derecho” de Colombia a violar el territorio ecuatoriano, como lo hizo en marzo de 2008 el gobierno de Álvaro Uribe, condenado por esta acción, violatoria de todos los principios del derecho internacional.
Incluso sobre el tema de Venezuela ya mencionaban por una parte que iban a alzarse contra Hugo Chávez los militares -lo que no sucedió- y que habría “desobediencia” generalizada, civil y militar de todos los que no están de acuerdo “a someterse a un modelo que es contrario a la democracia y la libertad”.
Toda una anticipación del golpismo que sufrimos dentro de la decisión de Estados Unidos de recolonizar a América Latina, el bastión más cercano de recursos de los cuales quiere apropiarse y controlar en forma directa, aplicando, como han dicho tanto republicanos como demócratas, la doctrina Monroe, que en 1823 advertía que “América (del sur) era para los norteamericanos”.
Así figura al comienzo del Documento de Santa Fe IV y en documentos sobre lo que iban a hacer desde comienzos del siglo XXI.
ARGENTINA, CON MACRI Y PATRICIA BULLRICH
Un ejemplo lo tenemos en Argentina, donde apropiándose de la Justicia, resultó ayudado por el ciclo que gobernó el ultraderechista Mauricio Macri, financiado y manejado por Washington.
Aunque ya habían comenzado su faena antes comprando cada vez más jueces, hasta apropiarse de la Corte Suprema y tener bajo su manejo a los medios de información privados más importantes como el monopolio del Grupo Clarín, La Nación y otros, que extienden sus tentáculos por todo el país mintiendo y desinformando.
Pero además está la instalación durante el gobierno de Macri de Patricia Bullrich como ministra de Seguridad, y su segundo Gerardo Millman, ambos sostenidos por los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel.
Hicieron un trabajo de sapa ganándose -junto con el trabajo de los militares de UnoAmérica- dentro tanto de la policía federal, de la provincia de Buenos Aires, de la capital, y de todos los lugares en que hicieron el trabajo, junto a otros proyectos, llevar en los últimos meses la situación al borde del precipicio.
Bullrich, que también pertenece al Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal), ha sido el eje clave en la persecución a Cuba y su Revolución, junto con Laura Alonso, a quien pusieron durante el macrismo al frente nada menos que de la oficina anticorrupción.
La enviaron a distintos países como Venezuela en tiempos de Chávez, o cuando había reuniones de Unasur, o de la Comunidad Estados Latinoamericanos y Caribeños, para movilizar grupos de actividades violentas contra los países que Estados Unidos pone en la lista negra.
Las comunicaciones de estos personajes siniestros con el lobby terrorista de los llamados cubanoamericanos, que tanta muerte y destrucción han dejado en Cuba, colaboraron con todas las dictaduras de América Latina y colaboran contra los países del Foro de Sao Paulo, por ejemplo, para desestabilizar y acabar con todo gobierno popular y que intente actuar con independencia y soberanía frente al criminal imperio y sus asociados.
“No es tiempo de tibios, no es tiempo de vacilaciones ni de quedar atrapados en manos del poder hegemónico, ya sea por el tema de bases militares, fundaciones criminales ni organismos como el Fondo Monetario Internacional”, señalan varios movimientos de base del peronismo, que advierten que quieren “exterminar al precio que sea”.
arb/sc
*Prestigiosa escritora, periodista y analista internacional argentina. Premio Latinoamericano de Periodismo ‘José Martí’ (1986).