Según un análisis del grupo Americans for Tax Fairness (Americanos por la equidad fiscal), el aporte realizado el pasado año fue casi un 75 por ciento más que el gasto total de los magnates en los últimos comicios de medio término, en 2018, y 300 veces más de lo que dado por ellos a las contiendas por la Legislatura hace 12 años.
“Los mil millones de los ricos, aportados por menos de 500 personas, representaron aproximadamente uno de cada nueve dólares recaudados de todas las fuentes en 2022”, continuó el estudio, y señaló que 15 de los hogares más adinerados del país fueron responsables de 658 millones de dólares, o casi dos tercios, de las contribuciones.
“Los multimillonarios que gastan en una juerga de compras por la democracia deberían alertarnos a todos sobre la amenaza que representa una riqueza casi ilimitada aplicada sin límites a nuestras elecciones”, declaró a propósito de los hallazgos el director ejecutivo del grupo, David Kass.
Según consideró, una de las soluciones conocidas al problema consiste en gravar las mayores fuentes de riqueza multimillonaria, sobre las que a menudo pesan impuestos ligeros o ninguno.
Añadió que una reforma fiscal debería imponer gravámenes la riqueza, y cerrar la brecha de la base que permite que las ganancias de la inversión queden libres de impuestos para siempre.
“Todo lo que se necesita es que el Congreso preste atención al llamado del pueblo estadounidense para desmantelar un sistema corrupto”, opinó Kass.
Sin embargo, a juicio de expertos, la composición del Congreso hace que sea excepcionalmente difícil aprobar cualquier legislación, incluidas las reformas de financiamiento de campañas que los críticos de la influencia de los multimillonarios en el sistema político estadounidense han exigido cada vez más.
No obstante, el más reciente informe de Americans for Tax Fairness, volvió a remarcar sobre “la amenaza que representan los gastadores políticos multimillonarios para la democracia del país”.
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