“Somos el continente clásico del arte plumario, mi educación en Bolivia en los años 1970 estaba más orientada hacia Europa y a Norteamérica, y sobre nuestras raíces nada que decir”, aseguró Bravo en entrevista a Prensa Latina.
La artista confesó a esta agencia de noticias que cuando emigró a Europa y realizó estudios de arte en Suiza y la República Democrática Alemana a finales de esa década descubrió la importancia de Sudamérica como fuente de esta expresión de la plástica.
Significó que allá encontró mucha información e incluso le enseñaron cómo sobrevivir en Amazonia, y de esa forma pudo entrar en contacto en su tierra natal con el auténtico arte plumario.
Al referirse al donativo que realizará este viernes al Musef, dependencia de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB), informó que está integrado por objetos pertenecientes a las culturas moré, yaminahua, ayorea y chacobo entre otras.
La firma del acta de donación se realizará en el auditorio del Musef, y con posterioridad la investigadora y también profesora impartirá una conferencia sobre esa especialidad.
Bravo recorrió en 1979 varios pueblos del oriente boliviano con el fin de aprender diferentes técnicas referidas al uso artístico de las plumas.
De esa manera conectó con las etnias originarias, quienes le enseñaron el labrado de este material en distintas técnicas, y en ese contexto adquirió piezas elaboradas por esas culturas que intentan subsistir y ahora estarán bajo el resguardo del Musef.
Según informó, el donativo consta de lanzas, flechas, instrumentos musicales, arcos, machetes Iquit, Mañanó Mañanonie y cofias, caracterizadas todas por ser únicas e invaluables, según los expertos de la FC-BCB.
La artista dijo a Prensa Latina que estos objetos están construidos con cañahueca, madera de chonta, fibra de garabatá, plumas de Guacamayo-Paraba, hueso, hilo de algodón teñido con cera negra, resina de árbol, carbón negro, entre otros materiales.
“Cuidé mucho esta colección que ahora formará parte del Patrimonio del Estado Plurinacional de Bolivia”, sostuvo con cierto orgullo.
Comentó que en Europa exhibió algunas de esas piezas, pero nunca las vendió ni regaló porque considera importante resguardarlas.
Refirió que las personas que se dedicaban a elaborarlas están desapareciendo, “muchos de mis maestros ya murieron», lamentó.
Informó que los objetos donados están bien conservados y preparados con lo que denominó eulan, una sustancia química que preserva las obras.
Subrayó que los más antiguos datan de hace cuatro décadas y carecen de cualquier tipo de desgaste físico, en particular las plumas, que está libres de ácaros.
La creadora expresó confianza y satisfacción de poder entregar una parte importante de la creación artística e investigativa de toda su vida a la FC-BCB.
“Es una institución que está haciendo un trabajo serio a través de los repositorios y centros culturales dependientes, y además difunde al público muchos temas desconocidos de nuestra cultura, de nuestra identidad”, concluyó.
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