Este alto índice es más probable en lugares en los que una cantidad alta de partidos políticos compiten por una alcaldía o tienen una cantidad importante de desacuerdos agrarios, explicó la Misión de Observación del proceso de votaciones a partir de la experiencia de hace cuatro años.
La violencia o conflictividad electoral, elaborada por la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) de cara al sufragio general del próximo 25 de junio, comprende cuatro colores: blanco, gris, salmón y rojo, de menor a mayor.
El último significa el más alto y una representación divulgada por magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) totalizó 47 en la categoría de municipios priorizados en mayor riesgo, entre ellos Tajumulco, Esquipulas Palo Gordo e Ixchiguán, San Mateo Ixtatán y Soloma.
Otros departamentos comprendidos con demarcaciones en rojo son El Progreso, Huehuetenango y San Marcos, donde igualmente preocupa tal reto para el desarrollo libre y transparente de los comicios.
En una consulta realizada por el diario local Publinews sobre los principales motivos y recomendaciones índice en mano, la PDH respondió que estos asuntos son trasladadas directamente a la Mesa de Prevención y Seguridad Electoral.
Esas zonas poseen antecedentes de tensión social y se produjeron enfrentamientos en procesos pasados, por lo cual mientras se acerca el día de las elecciones en primera vuelta podrían variar las clasificaciones, según el TSE.
Esta nación centroamericana de poco más de 17 millones de habitantes engloba en su padrón una cifra superior a los 9,3 millones para la definición del nuevo mandatario y vicemandatario, 160 diputados del Congreso, 340 concejos municipales, así como diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen).
El TSE fijó la segunda cita de las votaciones el 20 de agosto, en caso de que ninguna de las fórmulas presidenciales logre el 50 por ciento más una papeleta de las válidas emitidas.
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