Los 24 miembros de ese organismo culminaron en las primeras horas de la noche una sesión destinada a discutir y aprobar el capítulo uno del proyecto, que contiene los fundamentos del orden constitucional.
El artículo primero de la propuesta establece que “la dignidad humana es inviolable y la base del derecho y la justicia. Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Su respeto y garantía es el primer deber de la comunidad política”.
De igual manera, el país quedó establecido como un Estado social y democrático de derecho, donde se reconocen las libertades fundamentales y se promueve el desarrollo progresivo de las garantías de todos sus habitantes.
Respecto a la organización política de Chile, se establece en el borrador una república democrática con separación de poderes y bajo régimen presidencial, cuya soberanía reside en el pueblo.
Con un solo voto en contra, el del experto Carlos Frontaura propuesto por el extremista Partido Republicano, se reconoce a los pueblos indígenas y la obligación del Estado de respetarlos y promover sus derechos individuales y colectivos.
Por unanimidad se aprobó la interculturalidad como un valor de la diversidad étnica y la promoción del diálogo entre las distintas manifestaciones culturales en condiciones de igualdad y respeto.
No obstante, se declaró al país como una nación unitaria y no plurinacional, contrario a lo que demandan las comunidades originarias.
El capítulo uno del proyecto de Constitución establece a la familia como el núcleo fundamental de la sociedad.
A partir de mañana los expertos continuarán sus labores en dos jornadas cotidianas hasta culminar la tarea a más tardar el 6 de junio venidero, pues al día siguiente deben entregar el borrador al Consejo Constitucional que se encargará de la versión definitiva.
El texto será sometido a plebiscito popular con voto obligatorio el 17 de diciembre.
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