A través de un mensaje en la red social Twitter, la vicetitular comunicó que después de la muerte violenta de un recluso en una cárcel hondureña, arrancó dicho plan conocido como “Operación Refundación” con el desarme, bloqueos de comunicación y otras estrategias.
Según medios locales de prensa, la iniciativa se desarrolla con unos dos mil 500 efectivos policiales y militares y comenzó por el centro penitenciario de máxima seguridad de Ilama, en el departamento de Santa Bárbara.
Un reporte del Canal 8 de televisión señaló que el objetivo de esa movilización de agentes de seguridad es para encontrar armas, celulares, drogas y cualquier producto prohibido para los privados de libertad.
El Instituto Nacional Penitenciario (INP) escribió en Twitter que dicha intervención se realiza luego de semanas de planificación para establecer estrategias apegadas a la declaratoria de emergencias del sistema penitenciario, hecha por la presidenta hondureña Xiomara Castro.
De acuerdo con la información divulgada, las autoridades de la comisión interventora del INP, aseguraron que la operación se hace con el estricto cumplimiento de los derechos humanos de los presos.
A inicio de abril último, se registraron tiroteos entre pandilleros en cuatro cárceles de Honduras, lo cual provocó la muerte de un privado de libertad, mientras otros siete resultaron heridos.
Un día después de la balacera entre los miembros de la llamada pandilla 18 y la mara salvatrucha MS-13, la mandataria hondureña escribió en redes sociales que pondría orden y mano dura en las prisiones.
Con ese propósito, Castro nombró a la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, para liderar el plan de intervención en 25 cárceles de Honduras.
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