Primero confiemos en nosotros mismos, dijo Mahamat al pronunciar su discurso en el Salón Nelson Mandela de la sede de la Unión Africana (UA) con motivo del 60 aniversario de la fundación de la entonces Organización para la Unidad Africana (OUA) en esta capital por 32 jefes de Estado.
Recordó el espíritu panafricanista de los padres fundadores que sentaron las bases para el África por construir con sólidos valores compartidos como la búsqueda colectiva de la libertad política, la paz y la prosperidad para resistir el paso del tiempo.
Destacó que la UA que surgió hace 20 años apenas se desvió de ese camino, “mejor aún, compensó las deficiencias observadas en el difícil camino de la gestión y resolución de conflictos, tanto normativa como operativamente”.
Así, enfatizó, durante la celebración del 50 Aniversario de la OUA en 2013, nuestros líderes, al adoptar la Agenda 2063, la acoplaron a un proyecto ambicioso, el de “Silenciar las Armas para el 2020” para no dejar a las generaciones futuras la carga de la guerra y la inseguridad. Este paso por diversas razones es revisado.
Lamentó que muchos Estados miembros actualmente están en crisis, presa de conflictos internos mortales, alimentados por la búsqueda desenfrenada del poder supremo, con el corolario de pérdidas significativas de vidas humanas.
Otros factores, advirtió, como cambios inconstitucionales de gobierno, inseguridad, expansión del terrorismo, el extremismo violento y los efectos del cambio climático, son a su juicio buenas razones para en esta efeméride hacer una meditación en solidaridad con los desplazados o exiliados debido a los conflictos.
Pese a las dificultades, dijo el presidente, África sigue caracterizándose por su gran capacidad de resiliencia y, a pesar de los pronósticos alarmistas, en su momento, mantenerse firme ante el inicio de la pandemia de Covid-19 y aprovechó para repensar su estrategia de salud.
Sobre ese aspecto, en una acción concertada de nuestros Jefes de Estado y de Gobierno, subrayó que “fue una evidencia de que si África quiere, puede, sea cual sea la naturaleza y el tipo de adversidad a la que tenga que enfrentarse”.
Alertó que, en el actual contexto internacional de confrontación de intereses geopolíticos divergentes, la voluntad de cada bando amenaza con convertir al continente en un campo de batalla geoestratégico, muy perjudicial para la eficacia del multilateralismo que sustentan la paz y la seguridad globales.
El deber imperativo que nos desafía, hoy, con insistencia, en este entorno internacional marcado por los retraimientos identitarios y los estallidos de proteccionismo, es el de dar un contenido real y dinámico a esta unidad, si estamos decididos a construir el África que queremos, concluyó.
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