La decisión adoptada por el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, tomó por sorpresa a la opinión pública. Serán el 23 de julio los comicios generales, lo cual cambia por completo las perspectivas de una batalla entre los dos grandes partidos españoles, los socialistas (PSOE) en el poder y los populares (PP).
Pedro Sánchez indicó que, en virtud de sus competencias y luego de asumir personalmente la derrota electoral sufrida este domingo por el PSOE, habló con el rey Felipe VI para comunicarle la convocatoria de un Consejo de Ministros extraordinario y la disolución de las Cortes (Parlamento).
Asumo los resultados, apelo al mandato democrático a la voluntad popular, sentenció Sánchez, en una escueta alocución desde el Palacio de la Moncloa.
Aunque la diferencia entre el PSOE este domingo en las elecciones municipales fue de tres puntos respecto a los conservadores del Partido Popular, también cedió gran parte del poder a nivel regional ante la derecha.
De inmediato, llegaron las reacciones desde sus propias filas. La vicepresidenta segunda y ministra del Trabajo, Yolanda Díaz, escribió en su cuenta de Twitter que está lista para asumir el reto.
“El mensaje recibido anoche fue muy claro: hay que hacer las cosas de otra manera. Sin distracciones. Desde este mismo momento estamos trabajando para ganar el próximo 23 de julio. Asumo el reto”, recalcó.
Díaz abraza del movimiento Sumar, de izquierdas, posiblemente una de las candidaturas importantes de cara a unas elecciones anticipadas que pudieran cambiar el rumbo político del país ibérico.
Aunque todavía queda margen para negociaciones, alianzas y hasta cambios en los máximos cargos, lo que sí es contundente es la solidez del Partido Popular (PP) en las grandes ciudades y prácticamente la mayoría de las Comunidades Autónomas.
Hundido quedó el centroderechista partido Ciudadanos, pero igualmente el daño a Podemos y su socio de coalición Izquierda Unida fue notable, como al propio Partido Socialista Obrero Español (PSOE), contra las cuerdas.
Salvo algunos cabos que pudieran quedar sueltos y a la espera de que se concreten alianzas con la ultraderecha de Vox, el conservador PP puede considerarse el gran ganador de los comicios y así lo celebró esta madrugada en su sede central de la calle Génova de Madrid.
La pregunta que ahora reflota con más fuerza en el ambiente es cuánto daño le hicieron estos comicios a la izquierda española y su impacto en las generales, situadas en un horizonte tan cercano como el próximo 23 de julio.
El dominio del PP se hizo más marcado aun con los contundentes éxitos en Madrid, donde se mantuvieron con amplia mayoría la Comunidad (Isabel Díaz Ayuso) y el Ayuntamiento (José Luis Martínez Almeida).
Dos pesos pesados del principal partido de oposición que dan lustre a su líder, Alberto Núñez Feijóo, afianzado más que nunca como la carta de sus huestes para batir al jefe del Ejecutivo y titular del PSOE, Pedro Sánchez.
Sólo Castilla La Mancha permitió a otro barón socialista, aunque distanciado de Sánchez, de conservar el cargo en esta comunidad autónoma. La proyección de Emiliano García-Page en estos momentos, encierra muchas interrogantes.
Algunos ya lo sitúan como el relevo natural de Sánchez al frente del PSOE y esto pudiera tener importancia en las generales de julio venidero.
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