Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) la urgencia de aportar apoyo humanitario a más de 13,6 millones de niños en Sudán es cada vez más urgente.
La información añade que la situación de los infantes en ese país africano alcanzó niveles catastróficos como resultado del conflicto armado en curso en el país, el cual agudiza la crisis de acceso a alimentos, agua potable, electricidad y comunicaciones.
El comunicado de la agencia de Naciones Unidas añade que tras siete semanas de enfrentamiento entre el ejército y tropas paramilitares, más de un millón de personas han huido de sus hogares, desplazadas dentro del territorio sudanés o hacia países vecinos, y al menos la mitad son niños.
De acuerdo con Unicef, más de 620 mil menores presentan un grado extremo de desnutrición, y de ellos la mitad están en riesgo inminente de muerte si no reciben asistencia médica y alimentación a tiempo, de modo sistemático y a gran escala.
También advirtió sobre las consecuencias devastadoras a largo plazo para esa generación, por el desarraigo de su lugar de origen y la falta de servicios básicos, incluida la educación.
Sudán, con 45 millones de habitantes y ubicado al este de África, es uno de los países más pobres del mundo, y según Naciones Unidas 25 millones de personas padecen allí hambre y desnutrición.
Los enfrentamientos estallaron el pasado 15 de abril por contradicciones en medio de un proceso de integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, vicepresidente del Consejo Soberano de Transición (CST) al seno de las Fuerzas Armadas, y el jefe del Ejército y presidente del CST, Abdelfatá al Burhan.
Ambos, con grado de general, se han disputado el control del país después del derrocamiento en 2019 del presidente Omar al Bashir.
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