Según el último reporte, el embalse de San Severino contaba con cuatro millones 260 mil 411 metros cúbicos de agua.
Esa cantidad representa algo más del seis por ciento de la capacidad total del reservorio hídrico, que es de 67 millones de metros cúbicos, según consignó a la prensa el representante por el Frente Amplio en la administración de Obras Sanitarias del Estado (OSE), Edgardo Ortuño.
La planta potabilizadora de Aguas Corrientes se alimenta de San Severino y del embalse de Canelón Grande, pero este último está seco por la sequía que se extiende por tres años.
OSE debió recurrir a fuentes aguas abajo en el Río de la Plata y la mezcla con la de San Severino para mantener el suministro de agua.
Pero la medida incrementó los volúmenes de cloruros y sodio del vital líquido, que sale salobre por los grifos.
Es un agua no potable, pero bebible. Fue la definición del ministro de Ambiente, Robert Bouvier.
Mientras tanto se multiplicó aquí la venta de agua embotellada, que el gobierno e instituciones reparten en hospitales y escuelas.
Pese a inversiones en curso, la solución a corto plazo está en las lluvias, pero deben ser intensas y no se avizoran en los pronósticos meteorológicos.
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