De un valor incalculable, la pieza artística atribuida a Alessandro Turchi y descubierta en Japón, es hasta el momento la última de unas 600 robadas, las cuales Polonia logró recuperar poco a poco.
Más de 66 mil de las denominadas pérdidas de guerra continúan en paradero desconocido y hace solo un día, durante una ceremonia en la embajada de Polonia en Tokio, se entregó este óleo a su país de origen.
El ministro de Cultura, Piotr Glinski, declaró en Varsovia que la pintura, perteneciente al período barroco, figuraba en la lista de las 521 obras de arte más valiosas, de las decenas de miles ultrajadas por los nazis cuando su ocupación a Polonia, entre 1939 y 1945.
Sobre la manera utilizada para contar la historia de las obras arrasadas, el alto funcionario declaró que para llevar a cabo la tarea fueron muy sutiles y explicaron con mucho cuidado los argumentos de la necesidad de su devolución.
No fue fácil, señaló, pero la Madonna con el Niño ya está de vuelta, tras varias negociaciones con la parte japonesa.
La empresa Mainichi Auction Inc., así como la persona que poseía el cuadro, decidieron devolverlo a Polonia sin costo alguno.
El cuadro fue identificado por expertos del ministerio en una subasta celebrada en Tokio en 2022 y procede de una colección del aristócrata polaco del siglo XVIII Stanislaw Kostka-Potocki, informó la agencia AP.
De acuerdo con los archivos, primero formó parte del patrimonio de otro noble polaco, Henryk Lubomirski, en la ciudad de Przeworsk, por el año 1823, y al ser extraído durante la guerra se vendió en una subasta en Nueva York a finales de la década de 1990.
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