Una sola sesión del legislativo en 2023 reflejó las contradicciones internas y la falta de diálogo entre los principales partidos para designar al nuevo representante de la comunidad cristiana maronita en ocupar el cargo de jefe de Estado para los próximos seis años.
Desde el 29 de septiembre pasado, la Asamblea unicameral de 128 diputados intenta nombrar al mandatario de la República y el fracaso de 11 convocatorias prolonga el vacío en la presidencia de la nación levantina.
Según expertos, Francia— tradicional influyente en su condición de antigua metrópolis— todavía apoya la candidatura del líder del Movimiento Marada, Suleiman Franjieh, y trata de asegurar un entendimiento nacional con el acompañamiento de Arabia Saudita para llegar a un acuerdo.
Los análisis del expediente hacen énfasis en la iniciativa de París de poner fin a la vacante en la presidencia en interés de designar a Franjieh, a cambio de nombrar al exembajador ante las Naciones Unidas Nawaf Salam para formar el futuro Gobierno.
En los últimos progresos de las principales fuerzas cristianas, la mediación encabezada por el jefe del Kataeb, Sami Gemayel, responde a la condición de la Corriente Patriótica Libre de que ningún candidato sea un provocador de Hizbulah y, en ese sentido, el rechazo a los representantes Michel Moawad y al comandante del Ejército Joseph Aoun.
Por su parte, la ultraderecha de las Fuerzas Libanesas también negó la primera lista que presentaba a estos nombres y, en consecuencia, anunciaron otra con la presencia de SalahHnein y los exministros Ziyad Baroud y JihadAzour.
La coordinadora especial de las Naciones Unidas aquí, Joanna Wronecka, manifestó en encuentros con diputados la importancia de intensificar los esfuerzos para elegir almandatario y unirse en torno a un programa de reforma integral.
A propósito, el secretario general adjunto de Hizbulah, Naim Qassem, consideró que un equipo libanés fracasó desde el primer momento cuando decidió nominar a un presidente de la República a través de la confrontación y el desafío. Ante este panorama, diputados, dirigentes, movimientos, personalidades y líderes religiosos insistieron en la urgencia del diálogo nacional como punto de entrada obligado para lograr la elección del presidente y encontrar soluciones a las repercusiones de las crisis interconectadas desde el punto de vista financiero, bancario, social y político.
(Tomado de Orbe)