Tal cifra de personas que se encuentran actualmente fuera de sus hogares en campamentos improvisados, entre ellos mujeres y niños, representa alrededor de un dos mil por ciento en relación con el año 2019, apuntó el ocumento del Ejecutivo.
Al referirse a la difícil situación humanitaria por la que atraviesan los desplazados en este país, Alexandra Lamarche, investigadora principal del denominado Grupo de Defensa de los Refugiados, denunció que muchos de ellos podrían morir ya que no disponen de suficientes alimentos.
Refirió además que esos pobladores tampoco están protegidos, en un contexto en que la ayuda humanitaria resulta inadecuada.
Según Naciones Unidas, de los más de 800 millones de dólares solicitados como asistencia para este territorio el pasado año, la comunidad internacional aportó apenas la mitad de ese pedido.
La población de Burkina Faso sufre condiciones de inseguridad a raíz de los ataques en este territorio desde 2015 de grupos extremistas, como el Estado Islámico en el Gran Sahara y el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes, vinculados a la red terrorista Al-Qaeda.
Esas formaciones, que controlan extensas áreas en el país, también cortan el suministro de alimentos y agua potable a las ciudades, lo cual agrava el panorama humanitario local.
Las violentas acciones de los entes insurgentes en este territorio sin litoral de África Occidental, donde el pasado año ocurrieron dos golpes de estado militares, además de millones de desplazados, dejaron saldo de cientos de muertos y heridos, según fuentes médicas.
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