Dada la actual escasez de trabajadores, cabe esperar que la transmisión de la política monetaria sea más débil de lo habitual, afirmó Schnabel en una entrevista con el periódico belga De Tijd.
A ello se suma la elevada incertidumbre sobre la persistencia de la inflación, y «los costes de hacer demasiado poco siguen siendo mayores que los de hacer demasiado», aseguró la experta.
Los préstamos con intereses a plazo fijo, continuó, también se hicieron más frecuentes, otro indicador de tardanza antes ver el impacto de una política monetaria más restrictiva, porque los plazos de los préstamos se revalorizan a lo largo de varios años.
Si la política monetaria no fuera lo suficientemente contundente, la inflación se afianzaría y sería más costoso combatirla, remarcó.
El último año el BCE aumentó los tipos un total de 375 puntos básicos a fin de controlar la inflación, pero hasta el momento esa política no arroja los resultados esperados, cuestion ante la cual los expertos pronostican que el crecimiento de los precios al consumo aún podría tardar años en volver al objetivo del dos por ciento.
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