Armando Jaramillo, del Grupo de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, dijo que ese trabajo es parte importante de la investigación que se realiza en el Alto Golfo de California para calcular el número de ejemplares que quedan. Explicó que, cada vez que hay un crucero de este tipo, se han observado crías, un signo inequívoco de que una especie o una población aún tiene la capacidad de recuperarse.
Los hidrófonos o CPOD que se están utilizando para esta actividad, informó, cuentan con tecnología del Reino Unido y sirven para captar las emisiones de alta frecuencia que produce bajo el agua el mamífero marino en mayor peligro de desaparición del mundo.
Una vez que los datos se analizan en la computadora con un software especial, se pueden observar picos o pirámides, que son la representación gráfica de los pulsos acústicos o clics que emite la vaquita marina cuando utiliza la llamada ecolocalización, para reconocer su entorno, buscar alimento e identificar a sus depredadores.
Dijo que ellas emiten un clic en cierta dirección y esperan a que rebote para ir analizando la señal, en ese proceso van moviendo la cabeza de un lado a otro, de manera que cuando la cabeza apunta directamente al hidrófono, es cuando detectas la señal más intensa, que es el pico de esta comba.
Jaramillo destacó que si se pudiera escuchar la señal acústica, emitida a 130 kilohertz (KHz), no perceptible al oído humano, sonaría como un agudo chasquido.
Pescadores organizados participan en el monitoreo acústico de la vaquita marina desde hace una década.
Los datos que se recaban a diario, sirven para que los científicos a bordo del crucero de observación sepan por dónde buscar con los grandes binoculares conocidos como “Big Eyes”, a la vaquita marina.
Para esta expedición se utilizan 35 hidrófonos en 20 sitios dentro de la llamada Zona de Tolerancia Cero, con un presupuesto público para el gasto de combustible y pago de sueldos a los pescadores.
Jaramillo, aseguró que el futuro de la vaquita marina depende de la implementación de redes de pesca alternativas en la región, que es la única solución definitiva.
No se trata de erradicar una población pesquera, se trata más bien de que las comunidades convivan en paz con la especie.
Desde nuestro punto de vista siempre hemos dicho que se requiere el uso de la tecnología pesquera aplicada al desarrollo de artes de pesca alternativas, que no capturen vaquitas, ésa es la solución, y yo creo que ese ha sido el talón de Aquiles”, manifestó.
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