El evento, que sesionó en Quito, abordó desafíos comunes y lecciones aprendidas de los proyectos que trabajan por la sostenibilidad del suelo, con participación de delegados de 14 países miembros del Secretariado del GEF, indicó además un comunicado de la representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
También participaron representantes de la Convención de Naciones Unidas para la lucha contra la desertificación y agencias internacionales.
La delegación de Cuba, encabezada por el director de Suelos del Ministerio de la Agricultura (Minag), Dagoberto Rodríguez, y Enrique Moret, consultor de la FAO en la isla, presentó resultados en la implementación de proyectos de cooperación internacional.
Estos programas se relacionan con las metas de neutralidad en la degradación de las tierras promovidas por la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
La neutralidad en la degradación de la tierra (NDT) significa mantener o mejorar la cantidad de recursos terrestres sanos y productivos a lo largo del tiempo, según las prioridades nacionales de desarrollo sostenible.
Aunque la mayoría de los países de América Latina y el Caribe establecieron metas voluntarias de NDT, aún es necesario fortalecer un entorno propicio y favorable en la región, que incluya objetivos claros, políticas, estrategias adecuadas y marcos legales e institucionales.
Especial interés despertó la experiencia cubana en el desarrollo del proyecto Introducción de nuevos métodos agrícolas para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, incluyendo recursos fito y zoo genéticos, en paisajes productivos de áreas seleccionadas de Cuba (Cobimas), implementado por el Minag con asistencia técnica de la FAO y financiamiento del GEF.
Cobimas trabaja actualmente en la introducción de prácticas productivas más sostenibles para promover la conservación y uso de la agrobiodiversidad en cuatro áreas de la geografía cubana, Ciénaga de Zapata en la provincia de Matanzas; Jobo Rosado y Tunas de Zaza, en Sancti Spíritus y el delta del río Cauto en Granma.
De las 30 mil hectáreas comprometidas dentro del proyecto, 26 mil 996 implementan el enfoque de Intensificación Sostenible de la Producción Agrícola (ISPA) promovido por la FAO, y cuatro mil 91 ha ya fueron certificadas por prácticas de manejo sostenible de suelos.
Lo anterior representa un beneficio económico para 425 productores por concepto de pago por servicios ambientales. Ello constituye un importante incentivo para la sostenibilidad del manejo sostenible de tierras en las áreas de intervención del proyecto.
El evento también fue escenario para conocer experiencias de otros países de la región en esa temática, al tiempo que se presentaron oportunidades de financiación que ofrece el GEF para combatir la degradación de tierras, como parte de su Octavo Período de Reposición de Fondos (GEF 8), que tiene lugar desde 2022 hasta 2026.
Los resultados del taller servirán de insumos para crear una red de expertos en la temática NDT que se traduzca en una mejor ejecución de los proyectos en cada uno de los países participantes y fortalezca la coordinación con los procesos nacionales.
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