Las fuentes aseguraron en un comunicado este miércoles que es imposible contar las víctimas en Al Geneina, ya que todos sus hospitales están fuera de servicio, la ciudad está sitiada y las comunicaciones están cortadas.
El Sindicato de los galenos afirmó que al menos 958 civiles murieron en Sudán en estos dos meses de combates e indicó que el recuento no incluye un gran número de víctimas en el oeste del país.
Los reportes indican que casi cinco mil civiles resultaron heridos desde el inicio de las hostilidades, aunque aclaran que estas cifras son conservadoras, ya que muchos no se contabilizan debido a que no pueden recibir atención en los hospitales y otros centros sanitarios.
Se considera que al menos el 60 por ciento de los hospitales públicos en Jartum y las provincias sudanesas están fuera de servicio.
Asimismo, la guerra provocó el desplazamiento de casi millón y medio de personas, según las agencias de Naciones Unidas (ONU).
En este sentido, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su preocupación por la creciente dimensión étnica de la violencia y por el aumento de la violencia sexual en Darfur, derivado de los enfrentamientos entre el Ejército y las paramilitares.
Guterres reiteró su solicitud para un cese de las hostilidades y les recordó a las partes en pugna su obligación de proteger a los civiles luego de recibir informes de la violencia a gran escala en la región de Darfur, especialmente en El Geneina.
Los enfrentamientos en Sudán estallaron el pasado 15 de abril por contradicciones en medio de un proceso de integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, vicepresidente del Consejo Soberano de Transición (CST) al seno de las Fuerzas Armadas, y el jefe del Ejército y presidente del CST, Abdelfatá al Burhan.
Ambos con grado de general, se han disputado el control del país después del derrocamiento en 2019 del presidente, Omar al Bashir.
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