Este último es el segundo hombre más rico de México después de Carlos Slim, y dueño de la mayor cantidad de minas de diferentes minerales en México, junto con otro multimillonario, Ricardo Salinas Pliego.
Una periodista le informó al presidente que en las tres minas en huelga desde hace más de 16 años, Sombrerete, Cananea y Taxco, ya han muerto más de un centenar de personas porque Larrea reclutó como trabajadores en estos años a centroamericanos sin experiencia a quienes explota, les paga muy poco y los hace trabajar hasta 14 horas diarias en condiciones pésimas.
Recordó que la mina de Pasta de Conchos, que colapsó en 2006 precisamente por las malas condiciones de seguridad como pasa en estas otras minas, tiene aun en sus pozos los cadáveres de 63 mineros que Larrea no rescató, y resaltó la batalla de indemnización de los familiares a la que se negaba pagar el empresario.
López Obrador respondió que su Ejecutivo ha logrado separar el poder político del económico y evitar que un grupo de potentados secuestrara al Gobierno como antes desde la época del presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), que habían tomado el Congreso, Hacienda, el Poder Judicial y la totalidad del Ejecutivo, y eran los que mandaban en los medios de información.
Ellos, dijo, eran el verdadero poder y la transformación ha consistido en lograr esa separación para romper ese dominio y que el Gobierno no esté en manos de una minoría y represente a todos los mexicanos de todas las clases sociales.
Es lo que se ha venido logrando poco a poco -y eso incluye el tema minero- y vamos avanzando porque la gente quiere que haya una auténtica democracia, no una oligarquía disfrazada de democracia.
Ahora llevamos esos cambios de manera pacífica y hacer que todos los que se beneficiaron del período neoliberal vayan entendiendo que son otros tiempos.
Dijo que en el caso de German Larrea conocemos la historia y sabemos cómo inició su auge con Salinas de Gortari como parte de su “grupo compacto”, a cuyos integrantes pasaron todas las propiedades del Estado, más de 30 bancos, las minas, los ferrocarriles, el petróleo. Explotaron, vino la crisis financiera, y detrás el salvataje con dinero del pueblo.
Y todo siguió igual o peor con Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, pero todo eso cambió en un proceso en el que participamos todos y hay que buscar acuerdos, una conciliación entre ellos y los sindicatos.
Admitió que hay un enfrentamiento personal entre el senador Napoleón Gómez, líder del sindicato, y Larrea, al igual que hubo confrontación del primero con la exsecretaria de Trabajo Luisa María Alcalde, quien acaba de ser nombrada por él, secretaria de Gobernación.
Insistió en que se trata de un proceso que avanza, hay que buscar el acuerdo y ahora con el cambio en la Secretaría del Trabajo se puede llegar a un arreglo porque, repitió, no era buena la relación de Gómez y Luisa María.
mgtlma