El mandatario le respondió que no lo ha hecho porque el pueblo es el que manda, el que decide y tiene el derecho de cambiar a su gobierno, y anunció que antes de terminar su mandato en septiembre del año que viene enviará una reforma a la constitución al respecto si se logra una mayoría calificada en el Congreso en las elecciones de junio de 2024.
Espero que tengamos una mayoría calificada que impulse la transformación, la purificación definitiva del gobierno y se elijan por el pueblo a los jueces a magistrados y a ministros como se hizo en la época de Benito Juárez.
Eliminarla por decreto como hizo el expresidente Ernesto Zedillo (1994-2000) sería darles motivos para que se rasguen la vestidura y acusen que hay un dictador en México.
Ya se sabía, dijo, que iban a anular la ley, entre otras cosas porque esos ministros violan la constitución, en especial el artículo 127, el cual establece que ningún servidor público puede ganar más que el presidente de la República.
Yo gano 140 mil pesos mensuales (unos ocho mil dólares) y ellos 600 mil (más de 33 mil), además de un fideicomiso de 20 mil millones de pesos (mil 100 millones de dólares) y están colmados de privilegios. ¿Con qué autoridad moral cuestionan el procedimiento del Poder Legislativo?, se preguntó.
Insistió en que este Gobierno es respetuoso de la división y equilibrio de poderes, algo que ellos no están cumpliendo, están en una actitud de intromisión en las facultades del Poder Legislativo.
El Parlamento aprobó por mayoría simple la reforma a leyes secundarias electorales, entre ellas la elección popular de los miembros de la Suprema Cote, la reducción salarial, y el uso en programas sociales de su fideicomiso.
Lo que hicieron ayer en la Corte fue corregirle la plana a otro poder. Es como si el Legislativo decidiera enjuiciar a jueces. magistrados, y ministros corruptos.
Tendría que aclararse, explicó, que hay facultades en el Ejecutivo para eliminarla, e impedir que un poder intervenga en los procesos internos de otro.
Pero somos respetuosos, y para eso existe también un Consejo de la Judicatura del Poder Judicial que debería hacerlo y no el ejecutivo.
Expresó que interpretó esa actuación de la Corte más que todo como una actitud política, de protección, de defensa, de los intereses de una minoría rapaz y corrupta que era la que dominaba en México y que secuestró al gobierno durante 36 años.
Como ya no dominan en el Ejecutivo ni el Legislativo, esa minoría encumbra al Poder Judicial y lo convierte en un supremo poder conservador.
Se refugian allí los delincuentes de cuello blanco que tanto han perjudicado al país y tienen a los magistrados y ministros como sus empleados. Eso es lo que realmente ocurre, concluyó.
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